Uno de los principales obstáculos para que las economías regionales puedan alcanzar tasas de crecimiento económico que permitan mejores niveles de desarrollo y de bienestar social se empieza a atender sí, de manera formal.
La estrategia integral (Estado-Federación) anunciada ayer por el secretario de Finanzas Miguel González, ‘Crezcamos Juntos’, es sin duda el paso fundamental que nuestra estructura económica esperaba desde hace muchos años para revertir los bajos niveles de productividad que han mostrado los sectores más estratégicos de la economía de Tamaulipas en los últimos 10 años. No hay precedentes de un programa como tal y hay que reconocer su relevancia y además su oportunidad.
La economía informal cumple en la entidad 18 meses de mostrar una reducción significativa, lo que se conjuga con una expansión moderada pero sostenida del empleo formal también en el mismo lapso. Es decir, hay mejores condiciones que en años recientes.
‘Crezcamos Juntos’ es una iniciativa que tiene esencialmente tres premisas; primero que combate la informalidad a través de mecanismos transversales; segundo que obliga a las autoridades a ofrecer mecanismos que incentiven a quienes hoy trabajan en la economía informal a pasarse al otro bando, y tercero, una obligada agenda de comunicación institucional que difunda las ventajas de operar en la economía formal.
Para muchas personas, la informalidad es la única opción de tener un ingreso en la lógica de que la economía formal no les proporciona ninguna alternativa. Pero también tiene un componente social importante pues en donde hay mayor informalidad se genera mayor pobreza.
En nuestro país, la última medición de la economía informal mostró que 25.0% del PIB es informal y se genera por 59.8% de la población ocupada en condiciones de informalidad. El 75.0% del PIB lo genera el sector formal con 40.2% de la población ocupada formal. Es decir que por cada 100 pesos generados de PIB del país, 75 pesos lo generan el 40% de ocupados formales, mientras que 25 pesos los generan el 60% de ocupados en informalidad.
Según el INEGI, la productividad anual por puesto de trabajo, medida como el PIB por puesto de trabajo de la economía formal e informal, muestra que la economía formal generó en promedio —para el lapso de 2003-2012— 387 mil 355 pesos anuales a precios de 2008 de PIB por puesto ocupado formal. Por su parte, la economía informal se ubicó en 118 mil 523 pesos anuales a precios de 2008 por puesto ocupado en la informalidad, es decir, la productividad de la economía formal es 2.3 veces mayor que la productividad de la economía informal.
Combatir la informalidad con incentivos para que los ambulantes migren hacia la formalidad es sólo una parte de la ecuación.
En 2014, las cifras oficiales revelan que más de 37 mil pequeños empresarios informales han transitado a la formalidad a través del régimen de Incorporación Fiscal, superando con un 300 por ciento la meta inicial de 12 mil 500.
La razón es además de sencilla, sumamente atractiva; el Régimen de Incorporación Fiscal no paga impuesto por ahora, debido su tasa de contribución es gradual durante los próximos 10 años, es decir que en 2014 está exento al 100 por ciento, el próximo año será del 90% y así cada año hasta alcanzar una exención el 10%, además de que permite gozar de los beneficios de la seguridad social aunque no en automático, sí a los contribuyentes que lo soliciten.
El tema por supuesto va más allá. El acceso a beneficios de seguridad social sigue siendo el principal problema que enfrenta el trabajador en Tamaulipas.
La última Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo indica que 753 mil 590 personas trabajan en alguna actividad sin acceso a instituciones de salud, lo que no necesariamente tiene que ver con los niveles de informalidad que hay en el Estado, pues de las 802 mil personas apenas 331 mil 323 están en la llamada economía informal como el ambulantaje.
Del total de trabajadores subordinados que reciben alguna remuneración y sin contar el acceso a condiciones de salud, 270 mil no tienen prestaciones sociales.
De acuerdo con el INEGI, en Tamaulipas laboran 405 mil personas sin contrato de trabajo, otras 103 mil lo laboran de manera temporal a través de contratos con vigencia específica y alrededor de 528 mil trabajan por tiempo indefinido.
Lo que sigue además de consolidado el entramado institucional como el que ayer se anunció que facilite el tránsito de la informalidad a la formalidad, es aumentar la inversión pública en infraestructura estratégica que no sólo impulse el desarrollo de las economías regionales vía su efecto multiplicador, sino que además agregue valor a la posición competitiva de cada municipio para que mejores sus posibilidades de atraer y retener inversiones que generen empleos obvio en la economía formal. Sin duda, una iniciativa relevante y oportuna.
(www.adanmoctezuma.mx)