Cuando somos profesionales en algo, a lo que nos dedicamos, por lo que nos preparamos y nos pagan, lo que nos da sustento, estamos obligados a hacerlo de la mejor manera, es nuestra chamba, nuestra obligación. Si algo hacemos bien, cualquier logro, distinción, mérito, el que sea, aunque nos llene de plena satisfacción, muy pocos, casi nadie vendrá a felicitarnos por ello, pues le decía, es nuestra obligación… ah pero donde nos equivoquemos.
Tal y como lo lee, un error, un traspié, para quienes nos vigilan, nos evalúan y hasta para quienes nos contratan para darnos chamba, es un fracaso y como tal tenemos que asumirlo.
Así Alex Aguinaga, cuando llegó a Correcaminos, en esta misma tribuna me pronuncié primero por las dudas que eran obvias ante su incipiente carrera como estratega que contrasta con su maravillosa carrera como futbolista profesional donde puedo decir sin temor a equivocarme que es uno de los futbolistas más representativos del continente americano en la historia de este deporte.
La sobriedad de su juego, pero la solvencia de sus resultados también provocaron que desde aquí proyectara un punto de vista en el que sugería se planeara el trazado de un proyecto donde se le incluyera la próxima campaña, con tiempo, sin prisas, sin sangre caliente por un resultado que era previsible con el armado de equipo que heredó y que al final de cuentas sucedió.
Él mismo manifestó que en la directiva de Correcaminos no le tocaban el tema sobre la renovación de contrato pese a que llevó al equipo a zona de calificación y ahí lo mantuvo.
El resto de la historia usted la conoce, ayer le renovaron el contrato y ni la sencillez y simpatía que como persona me genera, obsta para señalar la responsabilidad que carga por la eliminación con la postura y cambios en el choque de vuelta ante Altamira.
Pero lo hecho, hecho está. De Aguinaga rescato lo bueno y ojalá que ayer en la plática que tuvo en el 8 Michoacán con los meros jerarcas del equipo naranja haya existido no nada más un acuerdo económico, si es que se trató, que se hable de estructura, presente y futuro del equipo, los escenarios viables de los próximos seis meses, el plan A, el plan B y hasta un plan de contingencia, que se vea un trabajo profesional que en Aguinaga no me cabe duda que exista, sino de la gente que sigue ahí vegetando en puestos donde pasan técnicos y jugadores y los resultados son los mismos sin importar el nombre y el apellido de las personas que fungen como el resto de empleados del club.
@luisdariovera