Un hombre —bastante maduro— recibe el consejo de una colegiala a la que aquél ‘ilustraba’: “Usted debería hacer ‘turismo ecológico’. Porque es un ¡viejo verde!”.
LO CLARO: Y hablando de consejos. La política ha dejado de ser un instrumento de cambio, al que acudían los que suponían como nicho de oportunidades, el ambiente de la función pública.
Las redes sociales y la cada vez más informada población, da como prioridad la transparencia del candidato a cualquier puesto.
Ya los videos de panistas ‘charlando’ con damas en un departamento (tras un informe congresal); igual que el del aún diputado Alejandro Delgado Oscoy, candidato a Alcalde por el PAN de Querétaro, demuestra que la vida privada, no lo es más, si aspira a representar otro encargo popular.
Así lo hace saber el presidente del Congreso Local tamaulipeco, luego de los desafortunados dislates que se han filtrado en contra de un ex alcalde de la ciudad fronteriza de Matamoros. Cada quien debe ser responsable de sus actos y hacer transparente su economía, para que libre de toda duda, el político pueda presentar una sola cara a sus electores.
A propósito, el espacio para la rendición de cuentas por parte del mandatario estatal —también de mi estado, Tamaulipas— está listo para compartir los pormenores de la cuenta pública del cuarto año de su gobierno.
La transparencia debe ser parte de la vida pública y privada de quienes nos representan.
LO OSCURO. En un gracioso contraste, encontramos una campaña furiosa y frontal de un partido político contra ‘practicas incómodas’ de quienes ejercen un acto de diversión en base a animales.
Es la función —al parecer— del Partido Verde Ecologista: la de restablecer la dignidad de la vida. Por eso, sonaría encomiable su protesta enérgica contra los circos que deambulan por el país presentando espectáculos que involucran a animales amaestrados en sus actos.
Leones, panteras, elefantes, osos, tigres, changos.
El número de circos en el país, quizá no sobrepase un centenar. Y quizá sean dos o tres familias las que se dedican a preservar el acto de espectáculo que rescataron de la tradición romana. Donde las arenas circenses contrastaban el enfrentamiento entre el hombre y la bestia, así como los espectáculos de hombres deformes o mujeres de barbas.
El tema es uno: no son tantos los circos como para provocar semejante vituperio por medio del cual nos están salvando de la extinción humana el partido en cuestión.
Hay un asunto que igualmente les compete. Pero parece… que ése… no se ve tanto.
Si quisieran evitar la crueldad física y el maltrato del que hablan; ¿no sería más propicio que consideraran la matanza de animales para consumo humano?
¿Sabe usted las condiciones en las que los animales de corral y de engorda son sacrificados, en circunstancias deplorables, por no existir las instalaciones propicias y reglamentadas por las autoridades sanitarias?
No se puede sacrificar un cerdo en un ‘rastro’ para la matanza de reses. Debe aquél, recibir la certificación sanitaria que le garantice que el animal será muerto en situaciones de higiene y fuera de problemas de enfermedades susceptibles de contaminar al ser humano. Y mucho menos tortura.
No son sacrificados de igual manera.
Y si pone el dedo en la llaga, tampoco existen en la mayoría de las más de 2 mil 500 ciudades del país establecimientos idóneos para la muerte de ganado menor. Ese, el que nos comemos en ‘mixiote’ de borrego, o cabrito en su sangre. La matanza de animales es clandestina.
Son los mismos representantes ‘verdes-ecologistas’, (por supuesto están enterados, por conceder licencias de uso de suelo para taqueros y demás) quienes deberían entonces enarbolar la bandera de cuidado al sacrificio de animales en vías de lograr la certificación TIF y que aquellos sean inmolados en condiciones más dignas para alimentarnos con su carne.
¿Cuatro leones flacos y diez changos en el país, son suficiente material para legislar? ¡Por favor!
COLOFÓN: La mejor observación a la plataforma política del partido de la ecología, es que su dirigencia practica —desde su invención— la máxima premisa: el reciclaje. Empezando por ‘el niño verde reciclado’.
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