Lo juro. Con la palma de una mano sobre La Biblia, con un mano sobre el corazón o ante la santidad que aparezca frente a mí.
Deseo fervientemente, anhelo profundamente, que se aclare la desaparición de los estudiantes normalistas en Iguala. Son mis mejores deseos que se aplique la justicia en toda su extensión y peso sobre los culpables de lo malo que les haya sucedido o les pueda suceder. Hago votos porque el dolor y zozobra causados a sus padres y seres queridos se mitigue de alguna manera. Y por último, ruego porque todo este infierno se quede en el nivel de una pesadilla y los chicos aparezcan sanos y salvos.
Sí, juro que todo eso forma parte de una de mis mayores esperanzas que albergo, día tras día.
Pero también quiero acompañar a esos deseos, una súplica.
Por favor, dejen ya de lucrar con estos hechos, cualesquiera que sea su desenlace.
Las preguntas nacen en la indignación.
¿Por qué esta casi segura tragedia ha sido utilizada por falsos redentores para lastimar a inocentes?… ¿Por qué se usa para causar destrozos a las vías públicas y a provocar graves pérdidas a establecimientos comerciales?… ¿Por qué manipular este escenario para arrebatarle violenta e ilegalmente a cientos de familias su medio de vida, su patrimonio y su tranquilidad?… ¿Por qué deben cometerse saqueos, robos de vehículos, secuestros de autobuses e incendio de los mismos?
Vaya, ¿Por qué hasta se atreven a sacar tajada económica de tan brutal experiencia?
Lo que sigue es un extracto de lo publicado en la sección editorial del periódico El Universal sobre el caso de Ayotzinapa. Lo entrecomillo, sólo para marcar que es textual:
“A las protestas han llegado los souvenirs por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Playeras y discos alusivos a la tragedia se venden en la protesta que realiza la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
Las playeras de distintos colores vienen con la leyenda «quisieron enterrarlos pero no sabían que eran semilla» o la palabra «Justicia» con un fondo rojo y se venden por 50 pesos.
El disco «43 canciones por Ayotzinapa» se consigue por 20 pesos, e incluye el «Corrido por Ayotzinapa».
Si la manipulación política de estos sucesos es condenable, obtener dinero con los mismos es una aberración.
Y encima, afirman que lo hacen “por solidaridad con los normalistas…”
FAMILIA EJEMPLAR
La familia García Islas representa una parte entrañable en mi vida y en la de mi familia.
Conocí a Benito y a Lucha, troncos de la misma, hace 35 años en Tampico, cuando su servidor era un mozalbete empeñado en ser reportero y Benito era ya un consumado profesional. Vi crecer a sus hijos, Benito, a Yolanda, a Édgar y a César, el más inquieto de todos. Siempre juntos, siempre como familia ejemplar.
Hoy César enfrenta la pena más dura que puede sufrir un esposo y un padre: perder a su esposa y a una de sus hijas. No imagino dolor más desgarrador.
Ante esa tragedia, César posee una riqueza espiritual en sus padres, hermanos y la pequeña que está a su lado, además de sus amigos. Mi familia y su servidor, en el último lugar de esa larga fila de afectos, les enviamos nuestro cariño y apoyo.
No te deseamos ánimo César, porque sé que lo tienes. Deseamos, que Dios te de la fortaleza para seguir adelante. ..
Twitter: @LABERINTOS_HOY