El accidente se registró el pasado 28 de noviembre en el reactor número tres de la planta nuclear de Zaporizhye, la estación más grande de Ucrania, la mayor de toda Europa y la quinto del mundo, sin que se haya afectado el suministro eléctrico.
“No hay ninguna amenaza. La avería tuvo lugar en el tercer bloque de la planta atómica de Zaparozhie en el sistema de distribución de electricidad”, afirmó el ministro ucraniano de Energía, ante las preocupaciones que desataron las declaraciones previas de Yatsenuik.
Demchyshyn aseguró que la avería de ninguna manera está relacionada con la generación de electricidad ni con el reactor nuclear y reiteró que “no hay fuga de radiación”, según un reporte de la agencia informativa ucraniana Unian.
El funcionario explicó que el accidente se debió a un cortocircuito y que en estos momentos “se están haciendo todos los esfuerzos para restablecer la avería en ese sector” y para que el viernes próximo a más tardar la planta vuelva a funcionar en su totalidad.
“No hay amenaza… no hay problemas con los reactores”, insistió Demchyshyn, ante la oleada de especulación que desató el primer ministro al comentar el problema en la planta nuclear, que ha provocó una caída de voltaje.
La planta de energía nuclear Zaporizhia, que cuenta con seis reactores nucleares VVER-1000 de fabricación soviética funcionando, es fundamental para Ucrania, ya que basa su energía en plantas nucleares. Alrededor del 46 por ciento de la electricidad se produce en cinco plantas.
Ucrania sufrió la peor catástrofe nuclear del mundo el 26 de abril de 1986, cuando un accidente en la central de Chernobil causó una explosión del enorme reactor y envió una nube de polvo radiactivo a la atmósfera, que cayó en países tan lejanos como Reino Unido e Irlanda.