Los refranes son por lo general, una pintoresca muestra de sabiduría popular. A veces muestran una cruda realidad, otras tantas divertida, pero siempre son acertados.
Tres de ellos me parece, saltan a la vista en la presunta violación a la ley cometida por el Partido Verde Ecologista, conforme a lo manifestado por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
La infracción se deriva de los spots televisivos que ese instituto político ha difundido desde hace un buen tiempo y cuyo resultado ha sorprendido tanto al resto de los membretes del ramo como a los propios militantes y directivos del PVEM.
Juzgue usted si eso no es motivo de pasmo: de alrededor de un 3 por ciento de aceptación que tenía el Verde, un sondeo de un diario de circulación nacional arrojó que ese partido supera ligeramente el 9 por ciento de simpatía. Vaya levantón de popularidad.
No todo fue miel. El rostro oscuro de este oxígeno puro que recibió el PVEM en las preferencias del a ciudadanía, es una al parecer ineludible sanción por activismo preelectoral ilegal.
Y es aquí donde aparece el primer refrán.
Es evidente que el Verde Ecologista se acogió al viejo dicho que asienta que «Más vale pedir perdón que pedir permiso».
Con esa decisión, tal vez le resulte una sangría en sus finanzas la multa que se asoma en su camino por brincarse una barda, pero ese costo resulta una baratija frente al enorme poder de negociación que le otorga a los ambientalistas ese salto gigantesco en su posicionamiento, en sus tradicionales acuerdos con el Partido Revolucionario Institucional a la hora de repartir el pastel de curules y otras prebendas.
En términos monetarios, el PVEM simplemente está cambiando centavos por billetes de grueso calibre. Así de sencillo.
Sólo observe el entorno partidista. El PRI ha retrocedido de manera radical en las preferencias anticipadas de voto; Acción Nacional no ha crecido ni una décima de punto porcentual; el PRD sigue clavado y en declive en su ya desgastado «búnker» del Distrito Federal; Movimiento Ciudadano se resignó a su 2 por ciento, el PANAL no es seguido ni por sus creador, el magisterio; y MORENA sólo existe por Andrés Manuel López Obrador, cuyo evidente bajón de popularidad arrastra a su guarida política.
Señoras y señores, será el sereno, pero el Partido Verde Ecologista de México ha dado una lección soberana al resto de sus homólogos.
Queda claro que desde hace un buen tiempo, para salir en la foto hay que moverse antes para ocupar un buen lugar al frente. Queda claro que -aquí viene el segundo refrán- «el que pega primero pega dos veces». Y quizá hasta tres.
Hoy, el PVEM soba su chipote virtual, pero con una amplia sonrisa ante los beneficios que le esperan a la vuelta del proceso electoral del 2015. Un paraíso futuro asentado sobre un 9 por ciento de simpatía que en números significa, conforme a los aproximadamente 50 millones de sufragios captados en la elección federal del 2012, alrededor de 4 millones y medio de votos.
¡Fiu!… más que suficientes para definir una elección.
¿Cuál lectura podría darse también de ese «salto a la torera» de los ecologistas?
La respuesta sería, en la opinión de su servidor, precisamente el tercero de los refranes aludidos.
«Más vale lamentar lo que se hizo, que arrepentirse de no haberlo intentado».
Tienen que recordar los protagonistas que lo que viene en el 2015 será una lucha en súper libre. Con reglas teóricas, con árbitros apocados, con pocos técnicos y muchos rudos, Y por si les pareciera poco, sin límite de caídas.
El partido que no quiera entenderlo, el partido que no quiera verlo, será el mismo que se sentará en la banqueta a ver pasar a la corte de triunfadores.
Ahí te hablan, PRI…
BIENVENIDO, 2015
Sólo dos cosas para el año nuevo:
Primero, mis buenos deseos para seres queridos y amigos. Que mil felicidades les esperen en el 2015.
Segundo: prometo, sólo prometo, apegarme a valores, leyes y demás conceptos que desde la cuna y escuela intentaron mi padres y maestros meterme en la mollera. En lugar de esos compromisos, prefiero rememorar una frase de una persona felizmente recordada: Quien sigue todas las reglas, se pierde gran parte de la diversión…
¡Feliz Año Nuevo!
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