Hemos dejado atrás el 2014. Durante ese año la sociedad atestiguó profundos cambios, producto de acuerdos entre todas las fuerzas políticas, que en su momento recibieron el reconocimiento nacional e internacional.
Sin embargo el 2014, es un año que deja profundos agravios a la sociedad, producto de la corrupción, la impunidad de la clase gobernante, la principal fuente de la inseguridad, que tuvo su estallido por la desaparición de 43 estudiantes de Ayotzinapa, por miembros de la delincuencia organizada.
El escándalo de la lujosa residencia de la primera dama de México, Angélica Rivera, por un valor estimado de 8 millones de dólares, que le financió la constructora predilecta de este gobierno, Grupo Higa, puso en el centro del huracán al Presidente Enrique Peña Nieto.
Todavía la sociedad no salía de su estupor por tales hechos, cuando surgió otro nuevo escándalo, ahora con una lujosa residencia de descanso en un club exclusivo de Golf, del secretario de Hacienda, Luis Videgaray, por un valor de 7 millones de pesos, que también la financió el Grupo Higa.
Tales hechos, marcaron al Gobierno de Peña Nieto, durante el 2014 y apocaron sus logros de las reformas estructurales, como la Energética y Telecomunicaciones.
Por ese motivo, Peña Nieto, calificó el 2014, como un año de claroscuros.
En el último día del 2014, el presidente, Enrique Peña Nieto, dio un mensaje a la Nación, donde hizo un llamado a la izquierda y a la derechos, a hombres y mujeres del país a mantenerse unidos, porque advierte: «dividirnos o rendimos no sirve de nada!».
Peña Nieto, dijo: «Los momentos difíciles ponen a prueba la fortaleza, entereza y la grandeza de las naciones, frente a las circunstancias que nos han tocado vivir, demostraremos una vez la unidad, el carácter y la determinación de los mexicanos».
En otra parte de su mensaje, dijo «lo que pasa a nuestro alrededor ha dejado de ser ajeno, nos duele lo que perdimos, pero también nos inspira a hacer las cosas de otra manera».
El Jefe de la Nación, agregó, que la voz infantil asienta que este año las malas noticias no pasaran de largo. Subraya enseguida que los mexicanos iniciaran 2015 con el deseo de ser distintos,»dividirnos o rendirnos no servirá de nada, abracemos nuestra tierra y abracemos muy fuerte a los que están a nuestro lado, niños y adultos, mujeres y hombres, zurdos y diestros, izquierda o la derecha, todos queremos que a México le vaya bien».
La unidad que proclama el Presidente, no será posible, si desde su propio gobierno no empieza a construirla. Para lograrlo se necesitan acciones de gran calado, porque la sociedad ya no cree en las palabras, en los discursos y en las buenas intensiones.
Las cosas no van a cambiar, si desde el Gobierno de Enrique Peña Nieto, se sigue dividiendo y provocando la inconformidad de la sociedad, ante la corrupción y la impunidad de la clase gobernante, porque para nadie hay castigo, sino al contrario se les premia, porque arribaron al poder por el botín.
Recuperar la confianza y la credibilidad es uno de los principales retos del Peña Nieto en este 2015, que insisto, no se recuperará con un discurso, si no con hechos contundentes, que demuestren que el cambio del que habla es en serio y no buenos deseos.
Otro de los retos del Presidente Peña Nieto de este año, es hacer una evaluación de sus colaboradores y emprender los cambios de aquellos que no han dado los resultados esperados, porque una sociedad agraviada y sin fe como la actual, puede ir aumentando la efervescencia, que desemboque en la ingobernabilidad.
Esas deberían de ser algunas de las acciones que debe emprender el Gobierno, reconociendo con honestidad sus yerros, en vez de estar buscando culpables, inventando enemigos, que como tesis se ha usado para justificar los escándalos de corrupción e impunidad.
