22 abril, 2025

22 abril, 2025

Perdedores y ganadores

Laberintos de poder

El caso de los normalistas de Ayotzinapa se ha convertido en un mercado de intereses sectarios.

Todos los días surgen grupos y grupúsculos que aprovechan la coyuntura de esa tragedia y casi alegremente se suben al tren de la explotación política para llevar agua a su maltrecho molino. Ayer fue el turno del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, cuyos líderes anunciaron que se unen al reclamo de encontrar a esos estudiantes.

Saben lo que hacen en el EZLN, pero ese conocimiento hace más inmoral su pronunciamiento. Lo defino así porque la postura de los zapatistas no responde, es evidente, a una exigencia de justicia —esa ya se dio con la captura de los autores intelectuales del atentado— sino que busca evidentemente utilizar ese drama como tabla de náufrago para mantener a flote a los guerrilleros venidos a menos.

¿Cuál agrupación sigue?… ¿Cuál personaje saltará hoy o mañana al escenario para montarse en ese corcel?

Puede elegir entre cualquiera de los membretes que pululan en las alcantarillas de una supuesta rebeldía social. Sólo lance una ojeada a los medios de comunicación y tendrá claro cuáles son —con nombres y apellidos de sus dirigentes— los que se dedican a ser parásitos chupasangre de las necesidades nacionales.

No entiendo a los dolientes de este caso. Obnubilados por su pesar parecen no percatarse de que se han convertido en carne de cañón para los aventureros y piratas de la política. Se dejan llevar un día por una corriente y al otro se mecen en los brazos de otra.

Qué lástima que se permita esa cotidiana corrupción de un auténtico dolor original. Qué lástima, porque al final habrá, sí, ganadores y perdedores, pero de una manera indeseable. Los primeros serán los que se acercaron para lucrar políticamente con las circunstancias.

¿Y los perdedores?

Adivinó: serán precisamente esos padres de familia, que siguen y todo indica que seguirán en ese papel, como rehenes de facciones y oportunistas…

LECCIONES

Los espacios en medios escritos suelen ser poco generosos en cuanto a su amplitud.

Por esa razón, hasta ahora puedo expresar, de la manera más sentida, mi gratitud a quienes con su apoyo me han permitido seguir navegando en éste, que es para su servidor, el más hermoso de los oficios: el periodismo.

Me gusta llamarlo oficio, porque la palabra profesión conlleva una frialdad que en mi visión, mata o por lo menos ahoga a sentimientos, estimación y simpatías. Me gusta también, lo confieso, sentirme un poco más artista y mucho menos profesional.

Envío así mi agradecimiento al que por cariño llamo “mi” periódico. En Expreso he encontrado todo lo que un simple escribiente como yo puede soñar: un director general sin paralelo en el ejercicio de esta actividad como lo es Pedro Alfonso; así como una inagotable cauda de amigos leales y solidarios y un grupo de compañeros de redacción de quienes siempre aprendo nuevas lecciones.

Gracias por su amistad –las damas primero– a Perla, Itzchel y Rosy. Gracias a Paco, a Luis Arturo, a Arturo, a Gustavo, a Chava, a Héctor, a Toño, a Ricardo, a Demis, a Gerardo, a Manuel, a Alfredo, a Jorge, a Adán y a Efraín. Todos, con su trabajo y amistad, me han dejado una honda huella laboral y personal que aprecio en todo lo que vale.

Espero no haber omitido nombre alguno, pero no omito para nadie mi respeto y mi afecto.

Mil felicidades a todos…

Twitter: @LABERINTOS_HOY

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