Aunque algunos que se dicen analistas tratan de encontrarle ángulos de supuesta complejidad a la elección por la diputación federal por el Séptimo Distrito, sus puntos de vista quedan muy frágiles porque, para comenzar, esos observadores ni siquiera conocen la dinámica política, económica y social de la zona metropolitana del sur de Tamaulipas.
Ante tal desconocimiento, es común que inventen escenarios descabellados sobre lo que sucederá en las urnas, con el simple objetivo de llamar la atención en tiempos en que las redes sociales no sólo propagan el chisme fácil, sino también la ignorancia y la desinformación.
Un ejemplo es el presunto análisis que se práctica sobre lo que puede pasar en el Séptimo Distrito, conformado por los municipios de Ciudad Madero, Altamira y Aldama.
En un intento por construir un escenario de catástrofe para el PRI, ciertos ‘analistas’ ni siquiera observan los antecedentes electorales y estadísticos para plantear un escenario, pronóstico o prospectiva.
Los números arrojados por las urnas del Distrito Siete ya han sido analizados a detalle en esta columna, pero basta señalar que esta plaza distrital ha sido ganada por el PAN durante LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES (así, en mayúsculas, para que se comprenda mejor el mensaje) de 2006 y 2012, cuando el oleaje blanquiazul se convirtió en maremoto para el partido tricolor (en todo el estado).
Incluso, en la ELECCION PRESIDENCIAL del 2000, con el histórico triunfo de Vicente Fox, Acción Nacional se quedó a 2 mil sufragios de arrebatarle, por primera vez, la diputación federal por el Séptimo Distrito al PRI, que entonces, por cierto (para que quede más claro), postuló a un miembro de la Sección Uno del sindicato petrolero, Gustavo González Balderas (que en la actualidad labora como operador político del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del Revolucionario Institucional).
Sin embargo, los antecedentes electorales indican, con claridad, que los procesos federales intermedios, como los realizados en los años 2003 y 2009, fueron ganados con facilidad por los candidatos priistas.
En 2003, el aspirante tricolor fue Gonzalo Alemán Migliolo (amigo de Roberto Madrazo Pintado, entonces dirigente nacional del PRI), en una campaña electoral que fue coordinada por un petrolero, quien después sería alcalde de Madero, Sergio Posadas Lara.
Gonzalo Alemán Migliolo derrotó fácilmente en las urnas a Silvia Cacho Tamez, que vuelve a competir ahora por la diputación federal del Distrito Siete, una vez que el CEN del PAN determinó que ese distrito quedara reservado para el género femenino, a pesar de que los hombres del blanquiazul, como Marco Moctezuma Simón, reunían un mejor perfil para competir.
En el proceso de 2009, el candidato del PRI fue el empresario Javier Gil Ortiz, quien llevó como suplente a Esdras Romero Vega, hoy presidente municipal maderense y ex diputado local (ambos cargos de elección popular los ganó con el voto mayoritario de los ciudadanos).
Si bien, cada vez que un político va a las urnas corre el riesgo de sufrir un desgaste, en caso de ser nominado a la diputación federal por el Séptimo Distrito, Esdras Romero Vega garantiza el triunfo electoral no sólo por su trayectoria personal, sino por las tendencias históricas del priismo en el distrito integrado por Madero, Altamira y Aldama.
Además, un factor va a influir en lo que se espera sea el resultado final: la panista Silvia Cacho es una candidata débil, una aspirante que será abandonada por los grupos de poder blanquiazules, ya que su suerte y futuro no interesa a nadie. En otras palabras, la van a dejar sola.
Por tanto, el Séptimo Distrito es una plaza que el PAN prácticamente da por perdida, no sólo por culpa de lanzar una candidata más que frágil, sino porque saben que es un proceso en que las estructuras partidistas son las que ganarán debido a los bajos índices de participación ciudadana que se contemplan (entre el 40 y el 42 por ciento).
En ese contexto, los verdaderos adversarios de Esdras Romero Vega no se encuentran en el PAN, sino que son aquellos de siempre (un grupo en particular) que quisieran ver que los petroleros tropiecen en las urnas.
No obstante, esos grupos deben medir con precisión cualquier intento por ‘torpedear’ la posible campaña, ya que no se deben dejar llevar por la percepción de una Presidencia de la República débil (como algunos ‘analistas’ la describen), ya que Los Pinos ejerce, guste o no, un gran poder, un inmenso poder.
Las estadísticas electorales históricas señalan que el Séptimo Distrito debe ser ganado por el PRI, pronóstico que se fortalece con la nominación de la débil Silvia Cacho por Acción Nacional, la que se quedará sola (esto lo dicen muchos panistas).
DANTE DELGADO Y EDUARDO CANTU
Llegó el día: Dante Delgado Rannauro, coordinador de la Comisión Operativa Nacional del Movimiento Ciudadano, anunciará la candidatura de Eduardo Cantú Elías a la diputación federal por el Octavo Distrito, con cabecera en Tampico.
Esto se llevará a cabo hoy por la mañana en las nuevas oficinas del partido naranja, ubicadas en la zona centro porteña, acto al que asistirán el dirigente estatal Gustavo Cárdenas Gutiérrez y el joven abogado Néstor Luna Ortiz, quien mucho tuvo que ver con ‘el amarre’ del empresario y líder social.
Apenas el domingo pasado, Eduardo Cantú Elías confirmó en su cuenta de Facebook lo que EL KIOSKO ya había adelantado:
‘Amigos, he tomado una decisión si participaré en las elecciones como candidato de Movimiento Ciudadano por el 8º distrito de Tamaulipas en Tampico y Madero, junto con Sergio Javier Solbes Marin quien será mi suplente’.
Añadió: ‘Yo hasta abril de 2014, era un ciudadano más como ustedes, hasta que rompí el silencio y convoque a que exigiéramos seguridad y paz para nuestra ciudad, de esa acción surge el grupo Tamaulipas por la Paz, formado por ciudadanos con el que he realizado acciones por la paz, asociación de la que me separo a partir de hoy en cumplimiento de sus estatutos’.
Y remató: ‘Los invito a unirse a esta opción, yo sigo siendo el mismo, con mis defectos y algunas virtudes, pero sincero, transparente y honesto, y con un amor profundo por la ciudad que me vio nacer’.




