6 diciembre, 2025

6 diciembre, 2025

¿En desuso los Baby boomers?

columna invitada

Esta semana Adela Micha entrevistó a Diego Fernández de Cevallos, uno de los líderes del Partido Acción Nacional (PAN) con mayor estatura política y uno de los pilares fundamentales del panismo. Para mi sorpresa cuando le cuestionó la periodista sobre el rumbo actual de su partido, respondió que no veía claro qué era lo que estaba haciendo la nueva dirigencia y que de hecho no sabía nada pues Ricardo Anaya Cortés —actual Presidente del Comité Ejecutivo Nacional— no le compartía nada de las acciones que estaba emprendiendo. Irónicamente si le cambiara los apelativos, estas son exactamente las mismas palabras que le escuché a un líder de Nuevo Laredo sobre su Presidente de partido.

Los dos casos anteriores no tienen conexión pero sí tienen comparación situacional. Tampoco es una estrategia oculta de la política pero sí es una condición que se estará dando mucho en lo subsecuente, en diferentes grupos sociales y no exclusivamente a los círculos políticos. Le explico a continuación estimado lector.

La generación que nació entre los años 1942 y 1960, período posterior inmediato a la Segunda Guerra Mundial, es conocida como “Baby boom”, aunque este término se utiliza principalmente en Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, nuestra cercanía norteamericana provoca que también sea aplicada en México. Si bien, los “baby boomers” serían las personas nacidas en esa época, comúnmente se aplica a los que nacieron en una clase social con desventaja y que a la luz de las oportunidades generadas después de la guerra, ventajosamente las capitalizaron como para acumular riqueza y poder hasta nuestros días.

Tanto Diego Fernández de Cevallos, como el líder neolaredense, pero también como muchos más que viven en Matamoros, Ciudad Victoria, Mante y hasta en la región sur tamaulipeca, en la actualidad tienen una vejez que sus fortunas le brindan una tranquilidad personal, contrastando con la drástica disminución de sus actividades a las que se habían acostumbrado cuando estaban amasando dinero y poder, generando el espacio interno para sentir la necesidad de verse involucrados en los cambios no sólo de su partido, sino hasta de la sociedad. Son las nuevas generaciones —en particular, la X y la Y— quienes durante su formación nunca tuvieron una conexión social o sentimental con los baby boomers y ahora que están dirigiendo las tomas de decisión social, económica y políticas, sin verse comprometidos en compartir opinión con los otrora forjadores del baby boom.

Otra característica de los empoderados setentañeros y con muy baja actividad, es que no tienen una fuerte relación afectiva familiar por la misma naturaleza del arduo trabajo para alcanzar el boom dorado de sus sueños. Mientras algunos baby boomers están en el total retiro de sus cotos de poder —que son los menos—, otros más no ceden ni un ápice del mismo a sus vástagos de su linaje —sean hijos genéticos o putativos— por tal de mantener su alter ego intacto además de un leitmotiv en sus vidas carentes de sentimientos, repletas de artillerías de todo tipo para ir a la guerra de los negocios y hasta simplemente por tener algo que hacer.

Este viernes trabajé una dinámica interesante con un grupo muy heterogéneo, entre baby boomers y las nuevas generaciones X, Y, y Milleniums. Créame, todo lo anterior estuvo muy acentuado, aun cuando la distribución en el salón estuvo mezclado pero las cargas generacionales se hicieron patentes. Casi exhaustos los baby boomers se declaraban fuera de época pero tampoco buscaron alternativas para conectarse con el resto de los jóvenes y jóvenes adultos.

Considero estimado lector que por el bien de la comunidad, habría que capitalizar la sabiduría de los baby boomers; para ello tendríamos que encontrar la fórmula para que no entren en desuso o mejor dicho para que ellos y ellas (son muy escasas las mujeres baby boomers en Tamaulipas, quizás tres en cada gran ciudad) para que no se aíslen del verdadero acontecer y abonen a la construcción de las nuevas posibilidades sociales, políticas y económicas. ¿Usted qué opina?

www.daviddorantes.mx

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