Por estos días, la atención pública está esencialmente concentrada en la nominación de los candidatos de los diversos partidos a las diputaciones federales que estarán en juego el primero domingo de junio del presente año y que serán las primeras elecciones intermedias que se den bajo el gobierno del priísta ENRIQUE PEÑA NIETO.
Para la mayoría de los analistas queda claro que para el ex gobernador del Estado de México resulta vital ganar la mayoría en la llamada Cámara Baja pues de ello depende, tal como lo hemos apuntado en colaboraciones anteriores, el fortalecimiento de las reformas constitucionales cuya aprobación logró y la viabilidad de nuevas propuestas.
El Partido Revolucionario Institucional es el primero de “destapar” a muchos de sus abanderados a las diputaciones y a algunas de las gubernaturas como las de Nuevo León, Michoacán y Sonora, entidades que resultan claves dentro de la geografía política nacional. El dirigente nacional del tricolor, CÉSAR CAMACHO QUIROZ, ha hecho sonar anticipadamente las fanfarrias de triunfo y, al amparo de los antecedentes históricos, hay quienes afirman que estando el PRI en la presidencia de la república tiene el sartén por el mango. Pero habría que tener cautela.
En Tamaulipas, hasta hace algunos días las candidaturas a las diputaciones federales en los ocho distritos que corresponden al estado estaban plenamente decididas, tanto las que se validarán por el método de convención de delegados como las de designación directa. Hasta en actos festivos se llevó a cabo el registro de todos en Ciudad Victoria.
Pero hete aquí que sorpresivamente, DANIEL SAMPAYO, que era el virtual candidato por el cuarto distrito con cabecera en Matamoros vio derrumbarse su proyecto y la comisión de procesos internos le negó el registro sin que hasta anoche se haya explicado la causa, que no que puede ser otra que una reconsideración superior. Se habla de que un desencuentro entre los grupos priístas de esa fronteriza población originó el desplome de SAMPAYO y que su lugar podría ser ocupado por JESÚS DE LA GARZA DÍAZ DEL GUANTE o MÓNICA GARCÍA. Pero esto, que parece ser un incidente de planta baja, podría ser síntoma de lo que podría ocurrir en los pisos superiores del edificio priísta. Expliquémonos.
Cuando de manera inesperada el panista VICENTE FOX QUESADA ganó la presidencia de la república, no se atrevió a tocar el templete sobre el que estaba fincado el sistema político mexicano desde décadas atrás. Convivió con las estructuras tradicionales como los sindicatos cetemistas, principalmente el petrolero y la Confederación Nacional Campesina, todos de pura cepa priísta. Su sucesor, el también panista FELIPE CALDERÓN HINOJOSA, siguió la misma línea.
¿Cuál fue el efecto de la desaparición del todo poderoso presidencialismo que hasta entonces había imperado? Pues que se rompieron las ataduras en todas las fuerzas políticas y se instauraron cotos de poder independientes. Los gobernadores se convirtieron en auténticos virreyes y los grupos priístas siempre cabizbajos saborearon las mieles de la libertad para actuar según se lo dictaban sus intereses.
El hoy coordinador de los diputados federales priístas, MANLIO FABIO BELTRONES, alcanzó tanto poder con FELIPE CALDERÓN que pese a su posición de opositor, llegó a ser llamado el “vicepresidente” de México. Luego, en razón de esa circunstancia disputó a PEÑA NIETO la candidatura presidencial, aunque de manera deliberadamente tibia.
¿A qué viene todo esto? A que los vientos de libertad parecen seguir soplando al interior del PRI, tal vez más que en las demás organizaciones políticas. Se dice que en Tamaulipas las candidaturas a las diputaciones por los distritos de Mante y Tampico, por citar algunos, fueron impuestas desde el centro a favor de ALEJANDRO GUEVARA COBOS y MERCEDES DEL CARMEN GUILLÉN VICENTE, ofendiendo la voluntad de la militancia tricolor local. Pero los tiempos han cambiado. Pese a la fortaleza con la que entró al gobierno de la república PEÑA NIETO, desde dentro de su partido hay serias resistencias a que vuelva el omnipotente “Tlatoani” que todo lo decidía. ¿Usted cree que MANLIO FABIO BELTRONES y su aliado en el senado, EMILIO GAMBOA PATRÓN y muchos gobernadores no estarán deseando que el jefe del ejecutivo se tambalee para equilibrar fuerzas con él?
Los escándalos de los normalistas desaparecidos de Ayotzinapa, la adquisición de costosas residencias por parte de la esposa del presidente, de él mismo y del secretario de Hacienda han hecho grave mella en la figura presidencial que podría agravarse en los próximos meses, obligando a una posible recomposición de gabinete y un consecuente reacomodo de fuerzas al interior del gobierno de la república.
Por ello, insistimos, el caso del matamorense DANIEL SAMPAYO, se da en la planta baja, pero habrá que esperar a lo que en el mediano plazo ocurre en los pisos de arriba.




