6 diciembre, 2025

6 diciembre, 2025

Así lo vi

Sol General

Siempre he creído que el oficio del periodismo es el más humano de todos, pues pese a que día con día trabajamos con la información más cruda, más real, donde los cánones dictan que ser objetivo es la premisa del oficio, hay que saber mantener los sentimientos y los sentidos alertas pues para transmitir lo que vemos, prácticamente hay que vivirlo, a final de cuentas somos ciudadanos con la posibilidad de hacer pública nuestra opinión, nuestra voz, nuestra óptica.

Y así, regularmente practico ejercicios en los que me alejo del trajín que la vida diaria exige y estoy ahí donde se vive todo de primera mano, sin que te lo cuenten, donde sucede y sin intermediarios. El mercado, la plaza, el baile, la cantina, la cancha de la colonia, la fonda, el micro… de donde uno viene y que nunca se nos debe olvidar: la tribuna.

Por eso el miércoles aproveché y con mis amigos los Cuerudos -mi equipo de fútbol- nos fuimos a ver el partido Correcaminos-Monterrey a la tribuna popular, a sol general, por el lado de Carrera Torres.

Y ahí estábamos en la fila, el partido estaba por iniciar pues ya se anunciaba el protocolo por los altoparlantes e inevitablemente vino a mi mente aquellos domingos por la mañana cuando bajo un sol quemante íbamos paso a pasito esperando entrar al que era nuestro segundo hogar, el estadio.

Después la rigurosa seguridad, la revisión aleatoria, le pregunto al gendarme: ¿de qué depende que a unos si revise y a otros no?… “de que me dé la gana”. Ni hablar, al buen entendedor pocas palabras.

Ya adentro elegir lugar, aunque era la mejor entrada de los últimos dos años en fase regular, no era difícil ir a la grada más alta a ubicarse bien desde donde se aprecie de mejor manera el juego.

Ahí con mis amigos disfrutábamos el primer tiempo del orden defensivo de Rayados, un cuadro plagado de talento que pasa por mal momento pero nunca se deja de disfrutar el liderazgo, el orden, el acomodo, la salida, el regreso de una línea defensiva bien trabajada.

Increíble, nos sorprendíamos que Sinecio González volviera a salir de titular, peor aún que Aguinaga se tardó 72 minutos para cambiarlo y le aseguro que si le pregunto jamás reconocería el este jugador dio un mal partido. Lo que sí le firmo es que Olsina fue el menos contento: lo regañaba, le exigía, lo reprendía pero ni así Sinecio reaccionaba, yo no sé a qué santo le reza para seguir jugando profesional y ser titular en CopaMX.

Lalo Gallegos entró y en un minuto demostró que al menos tiene la intención de demostrar el nivel suficiente para seguir perteneciendo a Correcacaminos. Le comentaba al ‘Pollo’, mi mejor amigo: “La calidad necesita un instante para mostrarse, pero las ganas son constantes, yo no sé si Lalo tenga mucha calidad, pero ganas tiene muchas… a Sinecio no le vi ni calidad y mucho menos ganas”.

Para la segunda mitad nos tocó ver de cerca el agobio Rayado a la portería de Beto Martínez; de milagro no cayó el segundo gol, Correcaminos con uno menos se cuidaba de más y peor aún, no de la forma más adecuada, pues otro que tiene un buen santito es “Gori” García, este muchacho que está falto de condición, fuera de forma y que no impone ni tantito liderazgo en la última línea donde López Mondragón y Orlando García demostraron que tienen pantalones de sobra para ser titulares donde les pidan: liga o copa.

Lástima que, según se ha filtrado, “Mondra” esté pagando un castigo por “desobedecer” el deseo de un promotor de futbolistas que prácticamente ordena quien sí y quien no, en el seno emplumado.

Y ni que decir lo que se vive, se siente, se ve en las tribunas. Los que hacen su agosto en pleno enero, desde el que vende cheve, los tacos del Qué Pasó’u, las semillas, las lagrimitas y los rancheritos, y ahora que están de moda hasta los boneless en el estadio. Unos venden mercancía, otros venden imagen, porque no faltó el siempre oportuno y eterno candidato a todo lo que huela a poder, que goza de las simpatías de la gente y aparte, esto si no es guasa, es fiel aficionado del Corre: Gustavo Cárdenas.

Llegó con su chamarra color naranja chíngame la pupila, había que llamar la atención, saludó a quien se le atravesó y aunque pasó más tiempo en Facebook y whatsapp que viendo el juego, sacó de su nalguera un licor que aminorara algún mal que le aqueje, tal vez era de garganta porque no se le escuchó echar porras… o quizás era de mal amor porque regularmente es el licor que se guarda en dicho recipiente. Suertudo, a él no le tocó revisión.

Al final un empate que para muchos supo a triunfo. Olsina un líder con tintes de genio en el campo, Ayala, Mondragón, Orlando, Gallegos, Gómez y Beto de gran partido y contra un equipo de primera, un árbitro de entre regular y mal trabajo, un espectáculo en ascenso y una tribuna que pone todo de su parte para reconciliarse con su equipo. Más noches como esta… ¡por piedad!.

 

@luisdariovera

 

 

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