6 diciembre, 2025

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«El valor De la amistad»

Diagnóstico político

El próximo día 14 de febrero se celebra el Día de la Amistad, y quería preguntarle su opinión sobre dicho sentimiento.

Bueno, en estos tiempos hay mucha amistad. Estamos en un período de abundancia y apego. En Ciudad Victoria es casi una epidemia, y en todas partes se habla de que «Fulano es mi gran amigo, Zutano es como mi hermano y Perengano es casi mi padre». El gobernador Egidio Torre tiene ya miles de amigos.

Oiga, y ¿a qué
se debe?
«No, pues es que los políticos son como los gánsters, hablan siempre de lo que más carecen. Se juran amistad, lealtad y fidelidad hasta que la próxima transa los separe».

¿Tanto así?
«Sí, son peores que las mujeres. Nomás fíjese cómo hablan ellas del amor. Es el gran asunto de la vida, sólo que la mujer lo hace con más encanto, tecnología y algunas artimañas que heredó de la bruja de doña Eva, aquella teibolera que sedujo a nuestro padrecillo Adán, cuando le hendió la emboscada en el paraíso, en complicidad con la malvada víbora y la cínica manzana, que de pura vergüenza se quedó roja para siempre».

Le ruego que no divague, me estaba hablando usted de la amistad de los políticos
«Ah, sí, deveras; le decía que los políticos siempre se juran amistad eterna en el café, la cantina, los desayunos, las comidas, las carnes asadas, la derrota y la cárcel; pero tan pronto como alguno agarra algún hueso o un contrato, se olvida de los viejos amigos y se amafian con nuevos amigos».

¿Y esos nuevos
amigos son mejores que los viejos?
«No, los amigos en el éxito, son amigos de éxito, no de los amigos; en tanto que los viejos amigos son sólo un mal recuerdo de cantina. Los enferma la envidia, y a veces hasta reclaman de mal modo un pedazo de pastel».

A ver, explíqueme eso, no lo entiendo
«Sí, mire, si usted es una promesa política y se entrega diariamente durante 4 horas al chisme de café, con una pandilla de 4 ó 5 criticones, tendrá usted la amistad leal y sincera de una parvada de derrotados que a la hora de la cuenta se van al baño, no traen cambio, olvidaron la cartera o tienen artritis y no pueden meter las manos a las bolsas para buscarse billetes; pero eso sí, a la hora de cobrar la amistad, son tan exigentes como un acreedor hipotecario, un banco o el Seguro Social».

¿Y los amigos
del éxito?
«No, pues esos son amigos leales, devotos y fieles del cargo, hasta el fin de sus días. Si usted ocupa el cargo de Tesorero General del Estado, no se preocupe mucho por ellos cuando lo cesen, porque ellos seguirán siendo amigos del nuevo Tesorero, aún cuando usted se haya fugado a Europa, esté escondido en su rancho, o se encuentre disfrutando en la cárcel».

Oiga, ¿entonces no es tan peligrosa la amistad?, sólo parece cosa de traicionar a cualquiera, o darle el esquinazo cuando se ponen pedicuros o gorrones.
«No, ni lo piense. Los amigos de café pueden ser los peores enemigos de su vida. No los subestime porque lo abren en canal y se lo comen en barbacoa».

¿Entonces qué me sugiere usted para los próximos días, porque voy a ocupar un cargo muy importante en el gobierno, y me persiguen muchos títulos, diplomas y medallas de amigos íntimos?.

«No, pues usted ya está en peligro. ¿El cargo que le van a dar será suficiente para darle un trocito quincenal a todos sus amigos?. ¿Piensa usted democratizar la corrupción, o va a ser elitista, cerrado o de la mafia?».

No, yo sólo soy democrático en el amor y hago felices a muchas damas para no hacer infeliz a una; pero la política y los negocios son otra cosa, porque a perjudicar a nadie invita, ya todo está calculado, simplemente, no hay, y no hay.

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