Consumada la caída de Homero de la Garza, la llegada de Antonio Martínez Torres a la SEDESOL estatal fue vista con buenos ojos por los priistas matamorenses que rápidamente se esperanzaron con la posibilidad de que también supliera al ingeniero como enlace territorial del Gobierno de Tamaulipas en este rincón de la entidad.
Egidio Torre Cantú ordenó el relevo natural, y ahora la expectativa es mucha.
Saben que “Toño” es uno de los operadores políticos más hábiles del estado. El colmillo largo y retorcido, su fama de rudo y su palmarés lo convierten en un activo importantísimo para el tricolor de cara a la elección federal.
En su pasado más reciente, por ejemplo, logró recuperar para su partido la alcaldía de Tampico con un candidato regular tirándole a mediano.
En aquel episodio, el actual titular de Sedesol fue clave en la negociación para que la alcaldesa Magdalena Peraza apoyara la candidatura de Gustavo Torres Salinas, lo que a la postre, significó el triunfo apara el ahora presidente municipal.
Eso es lo que esperan de Toño en Matamoros. Que a su llegada tienda una red de alianzas que permitan al partido romper la inercia negativa que arrastran desde hace al menos dos años.
Pactar con los personajes que sea necesario para que se sumen a la causa y puedan salir bien librados de lo que parece una competencia muy complicada.
Para eso, claro, Martínez Torres debe llegar a la ciudad con la bolsa llena de parque para negociar. De eso dependerá en buena medida su éxito.
La confianza de los priistas locales en “Toño” es tanta, que medio en broma y medio en serio, aseguran que con su aterrizaje en la ciudad, ya no necesitan que se llene la vacante de delegado estatal del PRI.
Esto no debe ser más que un alarde. Los priistas deben saber que esa posición que la última vez fue ¿ocupada? por Lucino Cervantes, es de mucha trascendencia para el trabajo electoral.
Debe haber en Matamoros una voz que conecte directamente con la dirigencia estatal del partido. Una que hasta el momento —queda claro— no ha existido.
Cordero en el Super Bowl
La imagen de Ernesto Cordero en un asiento privilegiado, flanqueado por Juan Ignacio Zavala, hermano de la ex primera dama, y asesor de éste y otros legisladores panistas, le da la razón a quienes los califican como un lastre para ese partido.
Ahora que los calderonistas han expulsado tantos lamentos por el rechazo de Margarita Zavala, se hace evidente que no hay tanta diferencia entre éstos, y sus rabiosos adversarios, los maderistas.
Si su presencia en el Super Tazón el mismo día que debió haber estado en la apertura del periodo de sesiones del Senado, ya era bastante criticable, la defensa que intentó ayer rayó en lo patético. En resumen se hizo el ofendido y presumió que sus ingresos le alcanzan para pagarse esos viajes VIP: “Tú vas al Super Bowl, te pagas tu boleto, pues como muchos mexicanos que estuvimos ayer en el estadio ¿no?, ya parece que tienes una casa escondida, ¿no?, que tienes conflicto de interés, te tratan como si fueras de lo peor mano, ¡qué cosa!”.
Así está el PAN.