8 diciembre, 2025

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Jovita creó una tradición gastronómica

Originaria de Aramberri, Nuevo León, doña Jovita Porras perfeccionó el sazón que le ponía a la comida familiar para crear una taquería a la que llamaría Paco's, por su esposo Francisco Salinas, negocio que le ayudó a sacar adelante a sus hijos

CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- En el año 1971 por el bulevar José López Portillo, Jovita Porras Alemán, al lado de siete pequeños hijos, iniciaba una tradición.

Era la esposa de Francisco Salinas Limas y la creadora de Paco’s, la tradicional taquería en la calle 8 en Victoria, Tamaulipas. Jovita era una mujer alta, de tez blanca, con carácter fuerte, a quien nunca le espantó el trabajo.

Sus hijos le recuerdan picando cebolla, haciendo tortillas y buscando el sazón especial para cada guiso. Era poco expresiva, pero sabían que trabaja de día y de noche por el amor a su familia.

Jovita era originaria de Aramberri, Nuevo León, creció en Linares y justo ahí conoció al padre de sus hijos, don Francisco Salinas Limas, un victorense que viajaba por el estado y fuera de él, transportando mercancía.

Jovita se hizo desde entonces hija adoptiva de Victoria y cuando la familia crecía, se empeñó en aprovechar el sazón para el bien de la familia.

En Victoria existían flautas enormes y normales, Jovita decidió crear una flauta intermedia, sus tostadas y migadas.

Fue madre de tres varones y tres jovencitas a quienes heredó el gusto por el comercio.

Mientras el negocio crecía, don Paco seguía en sus viajes a bordo de su camión y en casa Jovita cuidaba de los niños y la taquería. Un día el matrimonio decidió tomar rumbos distintos. Y tras la separación, ella se comprometió con el futuro de los hijos y empleó a más mujeres.

El negocio se mudó al 8 Hinojosa, al 8 bulevar y Juan José de la Garza y finalmente a la calle Juan José de la Garza y Mutualismo, en el terreno que adquirieron en el año 1984.

Para entonces Juan Alberto Salinas Porras, quien tenía 15 años cuando sus padres iniciaron la taquería, se había convertido en el pilar de la familia.

Fue un padre para el resto de sus hermanos…

“Nosotros nos poníamos de acuerdo para ayudarle a mamá en el negocio, unos estudiábamos por la mañana y otros por la tarde. Los que se desvelaban en la noche trabajando en la taquería iban a la escuela y además atendían y las mujeres igual, llegábamos de la escuela, en la noche hacíamos la tarea porque en la mañana teníamos que estar libres para atender el negocio”, dice la hija menor de doña Jovita.

“Mi madre nunca le cambió el nombre al negocio, porque así lo conocía la gente, ya era la taquería Paco’s, era tradición… y a ella le daba gusto que los clientes lo hubieran aceptado. Estaba conciente que iba creciendo y le daba gusto que ya no sólo le daba para mantener a sus hijos, sino que había mujeres que nos ayudaban a hacer las tortillas de harina y era trabajo que se pagaba para que otros vivieran”. Los juegos de los más pequeños transcurrieron entre arpillas de repollo, de chile y tomate. Nunca había descanso. Porque entonces hasta desmenuzar 50 kilos de carne deshebrada era un verdadero trabajo.

Los hijos de Jovita se convirtieron en maestros, licenciados y comerciantes, pero todos buscaron su propio futuro y hoy cada uno de ellos continúa su negocio.

Uno en la calle 8 Aldama, una más en el 4 Ceros y la reciente heredera de Juan Alberto en la tradicional taquería Paco’s, que lejos de acabar con la tradición, con el apoyo de sus tíos le inyecta sangre nueva al negocio donde ha cenado Ramón Ayala, Adrián Uribe, Los Payasónicos, el elenco de Acábatelo, Miguel Galván, de la Hora Pico y uno de los consentidos de la Mainero, Alan Pulido y la familia de don Jaime Rodríguez Inurrigarro, cuando la taquería estaba en el 8 Hinojosa.

“Mi madre nos enseñó a ser personas de trabajo, gente responsable. Yo lo que extraño es aquellos días en que estábamos todos juntos en casa, cuando nosotros mismos atendíamos el negocio con mi mamá. Pero bueno, el negocio creció, mi mamá sabía que ya no podíamos y además nos dejó hacer nuestras cosas, las prácticas del CBTis, nos dejó estudiar. Pero nos gustó el comercio”.

Doña Jovita quizá sintió un descanso cuando logró tener algo propio y la diabetes que le acompañaba desde hacía tiempo, deterioró su salud.

“Para 1985, mi madre se retiró del negocio y desde la casa supervisaba los guisos. Hasta entonces ella descansó de estar al frente de la taquería; siguió mi hermano Juan Alberto, hasta que su salud también se lo permitió y partió el 16 de enero. Ya estaba enfermo”.

Los años de trabajo de Jovita habían rendido frutos, fue una mujer que trabajó incluso para sus nietos. Falleció en Victoria el 25 de enero de 1991.

“Mi padre, Francisco, tuvo otro negocio que se llamó La Matraca en el 3 Carrera y por la Central estuvo un hermano que años después se fue de la ciudad, el resto de la familia tiene sus negocios, no hay ninguna disputa entre nosotros”.

Mientras tanto, Paco’s seguirá recibiendo a los trasnochados, a los jóvenes universitarios que se reúnen después de la clase.

Paco’s mantiene sus puertas abiertas aún después de las doce de la noche y tiene un espacio para usted y sus fieles clientes…

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