El ex presidente José López Portillo sostuvo desacuerdos con la Revista Proceso dirigida por Julio Scherer que le hacía señalamientos a su administración, ante ello decidió recortar los gastos en publicidad oficial y lanzó la frase “no pago para que me peguen”.
Recuerdo ese pasaje histórico al leer que Enrique Peña Nieto nombró al nuevo secretario de la Función Pública, Virgilio Andrade Martínez, al anunciar que personaje recién incluido en su administración se encargará de investigar si hay o no conflicto de interés en las adquisiciones de bienes inmuebles por parte de Peña Nieto, Angélica Rivera y Luis Videgaray, quienes han comprado mansiones a empresarios que después aparecen como ganadores de contratos con el gobierno.
Para Peña Nieto, por lo visto, no está claro el conflicto de interés y por eso contrató a esa persona para que realice la investigación pertinente.
¿Por qué Peña Nieto insiste en ofender la inteligencia de los mexicanos, primero al negar conflicto de interés, después al hacer un evento donde anuncia el nuevo nombramiento, con la orden de que lo investiguen?.
Resulta impensado, por no llamar ridículo, el siquiera imaginar que Virgilio Andrade dictaminará en contra de quien lo puso ahí.
Por eso me resulta conveniente aludir a la frase lopezportillista “no pago para que me peguen”, así va a decir Peña Nieto si Virgilio cree a pie juntillas que la orden es en serio.
Viendo al nuevo funcionario con la cara de arrobamiento con que mira a su jefe, ¿usted cree que tendrá el valor de comprobarle el conflicto de interés que no requiere mucha investigación, está a ojos vistas?.
Peña sigue una tras otra, los tropiezos en su actuación son constantes y desalentadores, será por eso que reclamó que ya no le aplauden cuando habla.
“YA SÉ QUE NO APLAUDEN”
No sé si estaba decepcionado, o enojado, o desconcertado porque al momento de terminar su intervención para anunciar nuevas medidas anticorrupción, Peña Nieto dijo “ya sé que no aplauden”, supongo que es debido a que en los últimos encuentros con miembros de la Iniciativa Privada y asociaciones civiles no ha recibido la aprobación atronadora como cuando firmó el Pacto por México.
Quienes estaban en la pequeña sala, según esto representantes de medios de comunicación, se limitaron a escuchar el mensaje mal leído de Peña Nieto, quien para variar se apoya en dos telempromters y tarjetas, pero ni así evita trastabillar con las palabras.
Su anuncio no emocionó ni un ápice, y ni cuando les hizo la observación, ni en ese momento los asistentes aplaudieron.
NO DONACIONES A PARTIDOS, NI CAMPAÑAS
En el mismo tono, el 28 de enero, organismos privados afiliados al Consejo Coordinador Empresarial, CCE, decidieron lanzar su Código de Integridad y Ética “en el que exhortan a las empresas y a los empresarios a no hacer donaciones a los partidos políticos ni a las campañas proselitistas para evitar cualquier conflicto de interés”, se indica en el portal SinEmbargo.
Según dijo Gerardo Gutiérrez Candiani, presidente del CCE, para evitar conflictos de interés se sugiere a los empresarios que eviten hacer aportaciones o donativos a partidos políticos, campañas electorales, y a cualquier persona física o moral que estén relacionados con actividades políticas.
También se pronunció porque se apliquen sanciones cuando se compruebe que hubo pago de sobornos, las llamadas comisiones o el diez por ciento, que se paga a funcionarios públicos para que los favorezcan con contratos.
“El documento plantea que promover estos principios es un acto de autocorrección por parte del sector privado mexicano ante los recientes hechos de conflictos de interés, en donde empresas se han visto relacionas en actos de colusión y corrupción con funcionarios de alto nivel del Estado mexicano, y reconoce que parte del problema también se encuentra en el sector empresarial”.
En esa ocasión el empresario hizo un llamado a la dependencias públicas para que procedan a hacer lo mismo, tal vez el mensaje leído por Peña Nieto el martes, es una respuesta al planteamiento de la Iniciativa Privada, lástima si es así, porque la ciudadanía desde siempre ha insistido en el manejo transparente de los recursos públicos, y la asignación de obras y servicios pagados con el erario.
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