Los dos doctores en estadística, dialogaban: “¿cuántos hijos tienes?” contestaba el aludido “Cinco”. ¿Y se llaman? “Tito, Luis, Javier, Marta y Loo Chi Ming” la pregunta obligada “¿Y por qué el último nombre?” el hombre de números, contesta “¿Qué no sabes de que uno de cada 5 niños que nacen en el mundo…es chino?”
LO CLARO. María de los Ángeles Fromow. La ‘favorita de los fotógrafo-reporteros’ —por su belleza—, vino a Tamaulipas. Es la encargada del programa jurídico más ambicioso que tenga memoria el país. La implementación del moderno sistema judicial-penal, que incluye las salas de juicios orales.
A invitación del mandatario tamaulipeco Egidio Torre Cantú, acudió la jurista para ser testigo de cómo en la esquina noreste de México, la inversión en infraestructura judicial no se detiene. Compromiso del Ejecutivo federal y de las 32 entidades del país.
En el municipio de Padilla (que fue la primera capital de este estado), el Gobernador y su invitada develaron el moderno edificio que dará atención a la zona —seis municipios— con la certeza que la justicia pronta y expedita, permitirá el seguimiento a más de 36 delitos que puedan ser desahogados en estas nuevas salas.
LO OSCURO: El entorno del Foro Económico de Davós 2015, sirvió de marco para enterarnos de cifras —no como la de los 5 hijos— en la búsqueda de encontrar los elementos que permitan acabar el hambre en el mundo.
Y los números… son reveladores.
Aún y con la majestuosa crisis financiera que ha asolado al mundo en los últimos 20 años, los más ricos (el 1%) incrementaron su fortuna hasta en un 60 por cien.
La brecha de la desigualdad, ha crecido en el mundo. Y mientras 100 personas (sí, cien humanos) ganaron en 2012 la friolera de 240 mil millones de dólares, con esa suma habrían acabado con el problema alimentario del mundo ¡cuatro veces!
Los organismos humanitarios, han pedido a los líderes de la economía mundial, impongan frenos a la codicia de los que han llamado viven en “riqueza extrema”.
Y aseguran que “la extrema concentración de la riqueza, dificulta la capacidad del mundo para reducir la pobreza”.
El caso no es ajeno en ninguna de sus partes, al fenómeno económico mexicano. Donde nuestro país contrasta grandemente en ambos extremos de la ‘cuerda’. Donde la pirámide poblacional tiene grandes escalones para albergar a los que viven en pobreza extrema, pobreza alimentaria, de capacidades y en pobreza patrimonial. Escoja.
Para no vernos tan elitistas, reconozco que me pude encontrar en los cuatro peldaños.
Por supuesto que no será problema de los cien individuos —de los que seguramente encontraríamos más que un par de nombres conocidos— el resolver la marginación ni las necesidades del colectivo.
Sin embargo, sí compete a los gobiernos el crear las condiciones para asegurar que existan menos tramo de diferenciación entre el grueso de su población y de una vez encontrar solución a la necesidad de alimento.
Un líder político comentó hace poco: “Qué ideal sería un escenario donde la mayoría de la población —si no toda— perteneciera a la clase media. Con los problemas básicos resueltos y que su esperanza de vida estuviera orientada en el desarrollo profesional”.
Para llegar a esos lugares utópicos, la marginación y desigualdad debe ser el primer paso a combatir por los gobernantes.
Incluiría acaso el tomar medidas precautorias, como asegurarse que no pertenezcan a esos cien, los que construyen el metro de la ciudad de México, o el tren a Querétaro… entre otros.
COLOFÓN: Por suerte, me quedé con tres hijos… ninguno chino.
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