CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- La construcción del acuaférico, al norte de Victoria, develó la orfandad en la que han vivido varias esculturas de arte abstracto que se sitúan en el libramiento Naciones Unidas, entre la avenida Tamaulipas (calle 8) y Norberto Treviño Zapata (calle 16).
En el año 2010, se decía que estas esculturas se habían adquirido por el Ayuntamiento encabezado por Arturo Diez Gutiérrez, se dijo también que pertenecían a la obra del artista tamaulipeco Aureliano Salinas, sin embrago, hoy que la tierra les cubre por las excavaciones, se contactó al artista Aureliano Salinas, en busca de una opinión por la situación y dijo desconocer el tema, ademas negó que fueran sus creaciones.
“Sí tengo obra en Victoria, pero no en espacios públicos. He visto este lugar, es donde corren muchas personas, de hecho me gusta porque hay arte, pero no son mías y no sé quién sea el artista”, dijo Aureliano Salinas.
El Ayuntamiento de Victoria a través de la Oficina del Cronista, tiene un listado de monumentos en la ciudad, sin embrago, ahí no existe un registro de la obra, ni huella de su adquisición.
“A nosotros nos dijeron que eran propiedad de Gobierno del Estado. Por tanto no las registramos”.
En Obras Públicas del Gobierno del Estado, se desconoce su procedencia y las esculturas no tienen una placa que distinga al creador, ni la fecha de su instalación.
Pero entre los artistas existió en 2010 una convocatoria del Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes, era la época en que el doctor Guillermo Arredondo llevaba las riendas de la cultura en la entidad.
En aquellos años, el artista plástico Alejandro Rosales Lugo fue parte del jurado calificador que eligió a los ganadores del concurso para crear un Corredor de Arte Contemporáneo, al norte de Victoria.
“Yo sólo recuerdo que eran jóvenes los que participaron, eran jóvenes artistas y estudiantes de Diseño Gráfico y Arquitectura”, comenta.
La convocatoria se había lanzado a nivel estatal y los ganadores fueron artistas tamaulipecos que radicaban en diversas partes del país, entre ellos el Distrito Federal y Nuevo León, sólo dos de los ganadores permanecen en Tamaulipas, uno en Nuevo Laredo y Sebastián Chirinos en Victoria.
“Sí participé en esa convocatoria, dos de esas esculturas se supone que son mías, pero desde que vi el resultado, desconocí mi trabajo y les dije que yo no iba a aceptar que esa era mi obra, porque esa estructura no es parecida a lo que yo presenté a escala, de hecho me pidieron también un esténcil a tamaño original y lo entregué, pero me molestó mucho que luego de nombrar a los ganadores no nos volvieron a llamar para estar presentes en el taller que las iba a elaborar y para colmo, yo por casualidad descubrí que se hicieron aquí, en un taller de Victoria, sin la asesoría de ningún especialista. Por eso he negado la obra. No existe ninguna constancia, ni ahí hay una placa que hable sobre los artistas que participamos. No puedo decir que es mi obra, porque lo que está ahí no se parece nada a mi diseño. No es mía”, dice Sebastián Chirinos, aún con la desilusión de un artista con una creación frustrada.
“De cualquier modo a las obras no les debe pasar nada, se supone que deben tener pintura automotriz y un sellador. Son obras que están preparadas para su exhibición en el exterior, mientras no se tallen o se pinten, estarán bien”, agrega. El registro de estas esculturas de arte contemporáneo, no existe, no poseen nombre, ni conocieron a sus creadores. Ellas están en la orfandad y ahora que se cubren de tierra no se escuchan voces en su defensa.
