Ungido formalmente como mandamás del PAN en Tamaulipas, César Verástegui Ostos, lleva a cabo un recorrido por los principales municipios del Estado para presentarse ante la militancia y dentro de lo que cabe empezar a tender puentes de entendimiento y unidad con los grupos del partido, empezando por los que no son afines.
Como parte de ese programa de trabajo, El Truco estuvo ayer en Tampico en donde, acompañado por el senador Francisco Javier García Cabeza De Vaca, se reunió con militantes y seguidores del puerto jaibo, Madero y la región, a los que saludó y convocó a olvidar las discrepancias y a trabajar juntos para conservar la mayoría de las diputaciones federales de la entidad.
Más tarde, ambos se reunieron en la casa del diputado Germán Pacheco Díaz con los integrantes del equipo de trabajo del ex alcalde de Reynosa y seguidores de su proyecto político. Durante el conciliábulo, según trascendió, se delinearon los aspectos fundamentales de la campaña electoral de la precandidata a diputada federal, María Elena Figueroa Smith, a la que dan como un hecho que será la elegida para disputar a Mercedes del Carmen Guillén Vicente la plaza legislativa del VIII distrito electoral.
Los panistas confían en que, así como en el 2010 llevaron a Magdalena Peraza Guerra a la alcaldía, gracias al voto de miles de priistas inconformes con la imposición de Miguel Manzur Nader, conservarán igualmente la curul federal con la ex presidenta del Instituto de la Mujer.
A propósito, Paloma confirmó el fin de semana la incorporación de Magda a su equipo de trabajo, sin embargo, la Maestra no ha dicho nada, ni siquiera ha acudido al partido a tomarse la foto con la ex Secretaria de Gobernación y a decir que la ayudará a recuperar la diputación, como lo hizo el día que declaró que nunca había dejado de ser priista y que, no obstante que había llegado a la presidencia con la camiseta del PAN, apoyaría al entonces candidato del ex invencible al gobierno de la ciudad, Gustavo Torres Salinas.
La realidad es que la llegada de la Peraza Guerra al equipo de la virtual candidata del PRI a diputada ha estado llena de dudas. Desde que anunció que renunciaría al cargo de Subsecretaria de Vinculación para la Gestión y Evaluación de la Política de Desarrollo Social del gobierno del Estado el pasado
30 de enero, dijo que dejaba el puesto sin presiones, que lo hacía voluntariamente pero no por motivos de salud ni políticos sino familiares.
Incluso adelantó que no se sumaría a la campaña de la hermana del ex subcomandante Marcos, aunque dejó entrever que si esta la invitaba a colaborar lo haría con mucho gusto.
Quizá apagará las especulaciones cuando formalice la separación del cuerpo de colaboradores del primer priista de Tamaulipas.
Sea lo que fuere, integrar a la Peraza Guerra al proyecto de la hermana del ex subcomandante Marcos es la más clara muestra de que los jerarcas y estrategas del Revolucionario Institucional no están tan seguros del triunfo en los comicios del 7 de junio y necesitan el respaldo de figuras de arrastre en la sociedad civil, como la profesora, para reducir los riesgos de un eventual revés.
Otro asunto al que también le ha faltado claridad es el del blindaje a las elecciones federales en turno. Cada vez que se avecina un proceso electoral, los políticos, como las autoridades, hablan de la necesidad de proteger a las contiendas para evitar la penetración de la delincuencia y el uso de recursos económicos ilícitos, sin embargo, las medidas que se toman con ese objeto casi siempre resultan inadecuadas e insuficientes.
En el caso de los partidos políticos, estos han incluido en las convocatorias que rigen los procesos de selección de los candidatos algunas disposiciones preventivas, como la revisión del origen de los recursos de los aspirantes, la publicación de sus declaraciones patrimoniales y hasta exámenes antidoping.
La pregunta es ¿verificarían realmente a fondo si las cuentas bancarias y propiedades de los candidatos a puestos de elección popular corresponden a los ingresos que obtienen los dueños a través de sus salarios o de las ganancias de los negocios que manejan?
Yo lo dudo. Porque salta a la vista que no son pocos los servidores públicos que se verían en dificultades para explicar y justificar las fortunas que amasan.
El sólo ritmo de vida que llevan algunos de ellos evidencia que, este no siempre concuerda con los dividendos empresariales ni el tamaño de las percepciones salariales. No sería sorpresa que más de un aspirante a diputado se viera en líos o perdiera la elección, por ese motivo.
