CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- En la película Rudo y Cursi (2008), el personaje Batuta describe que El más vistoso en la cancha es el goleador, se encuentra con el éxito más rápido que el arquero, una figura más sobria y de un perfil más bajo usualmente, a menos que hablemos de René Higuita o de Jorge Campos, por nombrar a algunos.
“No es nada personal, pero para mí, los arqueros desde siempre me han parecido seres ominosos, pájaros de mal agüero. Son yeta. Personajes solitarios, ermitaños que todo lo ven de lejos y que tienen permitido lo prohibido: se encargan de evitar goles y, al hacerlo, frustran toda alegría. Son una catástrofe” explica.
Precisamente, el victorense Daniel Alejandro Vogel Morton, decidió desde que tenía cuatro años que su destino sería bajo los tres postes, o más bien, el destino y sus condiciones naturales lo obligaron a serlo.
Era 1994, Vogel tenía cuatro años de edad y tras haber ingresado al Colegio Ateneo, se presentó por indicación de su padre a los entrenamientos del equipo de fútbol de la Institución.
“Llegó el entrenador y lo primero que preguntó fue que quién quería ser portero, todos los niños levantamos la mano, pero como yo sobresalía desde esa edad por la estatura me escogió por eso” indica sonriendo.
La sesión fue vista por una de sus tías, quien pocos días después le regaló un traje de arquero, el de Jorge Campos, su padre contento a diario lo motivaba para perfeccionar su técnica, incluso cada fin de semana, al menos un día lo llevaba a entrenar; el Doctor Carlos Vogel compró conos y balones, para que los trabajos fueran más reales, él fue quien le inculcó las bases.
Es lunes por la mañana, un día que amaneció con frío en la capital de Tamaulipas, Daniel Vogel como todos los días acudió al Centro de Formación, su casa desde el 2011 para entrenar con Correcaminos.
La tarea del día no fue sencilla, le tocó atajar durante el entrenamiento donde se hizo interescuadras, sobrio, atento, orquestador y hábil durante el partido, le tocó detener los numerosos embates del equipo rival donde una y otra vez recibía embates de Tatá y Julio Gómez.
Al culminar el entrenamiento caminó hacia el vestidor, pero antes atendió gustoso la entrevista de EXPRESO para platicar etapas de su carrera como profesional, momentos que lo han marcado y orillado a lo que es hoy.
SELECCIÓN TAMAULIPAS, CUNA DE GRANDES TALENTOS
Luego de estar en el plantel del Ateneo pasó a La Salle donde se mantuvo en la posición, sus actuaciones fueron sobresalientes y fue llamado a formar parte de la Selección Tamaulipas.
“Siempre estuve con Mario Coronado, comenzamos a salir a Torneos Estatales y Nacionales, a muchos, ahí ya era más formal todo, Mario llevaba a todos los de Ciudad Victoria, estaba con el “Gullit”, con Alan (Pulido) y muchos que llegaron a profesional, eso me dio mucho para lo que soy ahorita”, explica el arquero de la UAT.
De ese periodo donde representaba a Tamaulipas recuerda mucho, sobre todo aquellos torneos donde lograron grandes cosas. como el torneo de Campeche donde se alzaron tercer lugar Nacional, el de Los Mochis, uno en San Luis y otro en Reynosa.
Además en esos años convivió con amigos que hoy son hoy jugadores consolidados, “El ‘Gullit’ era el típico de dásela y hace todo, sobresalía mucho, era muy inteligente a pesar de la edad, tenía una mente muy adelantada, a los niños se los comía. Alan también sobresalía mucho”, indica el jugador de 23 años.
“Con el ‘Gullit’ siempre en los cuartos jugábamos fútbol y nos regañaban, quebrábamos todo, con el ‘Gullit’ hay muchas historias muy chistosas” agrega.
El guardameta agradece esos momentos y el aprendizaje que le dio el estratega Mario Coronado, piensa que eso fue fundamental para que él y varios de sus compañeros hayan llegado a equipos importantes del balompié azteca.
ADIÓS A LA CASA
En los torneos Nacionales a los que iba habían visores, el primero que lo mandó llamar fue Pachuca, estuvo un mes en la capital de Hidalgo, pero tenía 13 años y terminó por volver a casa, luego lo mandó llamar Cruz Azul, allá pasó la prueba y le pidieron que se quedara, duró dos meses pero “sufría mucho”, otra vez volvió a Tamaulipas.
En esos momentos su mamá María Elena tuvo un papel importante, indicó que todo sería mejor si partía a un equipo de alguna ciudad cercana a Victoria.
“Fuimos a un torneo a Dallas, yo fui con un equipo de Tampico, me vieron los de Tigres, me invitaron a probarme, fui un día y me quedé”, esto pasó justo cuando tenía 14 años.
En Monterrey fue más fácil todo, pues allá vivían sus dos hermanos y lo arropaban, además de sus primos y tíos que residen en la ciudad regia.
Recuerda “Danny” que “Todo fue por el fútbol, ya mucho después me dijeron que mi mamá lloraba mucho, pero decía que si me frenaba yo iba a estar enojado con ella, eso nunca iba a pasar, pero decidieron soltarme porque era mi sueño y era lo que yo quería” reconoce.
CRECIÓ EN TIGRES
La Universidad Autónoma de Nuevo León fue su nuevo hogar, llegó para incluirse en las Fuerzas Básicas, categoría en la que estuvo un año y medio, para después ascender a Tercera División, ahí fue debutado por Carlos Turrubiates y permaneció tres torneos.
Una semana lesionaron dos arqueros del primer equipo de Tigres, todos los de las divisiones inferiores subieron y a él le tocó debutar con el equipo de Segunda División.
“Jugamos contra Excelsior, ganamos 3-1, jugamos de visitante, batallé mucho en llegar de Tercera a Segunda, cuando me llegó la oportunidad la aproveché” comparte mientras recuerda aquellos momentos.
Estuvo dos años en Segunda División, en el 2009 fue el momento más dulce, “Quedé Campeón de Nuevos Talentos, hice un récord de no recibir gol en ninguno de los seis partidos de liguilla, quedamos campeones sin gol en contra, se la ganamos a Atlas”, aunque la final de Ascenso la pierden contra León.
Posteriormente lo suben a la Sub 20 donde quedaron campeones por puntos en el Torneo del 2010, jugó varios encuentros aunque la titularidad era de Enrique Palos.
Para ese entonces ya entrenaba permanentemente con el cuadro de la Primera División, pero lamentablemente un día le cortaron las alas sin una explicación fundamentada.
“La verdad nunca supe al cien por ciento por qué salí, tenía 20 años y unas cositas mías que tenía que corregir, pero la verdad tenía contrato y un año más en la Sub 20” comparte pausadamente.
“Llegó el ‘Tuca’ y él decidió que yo saliera, decía que yo no era de su estilo, me decía de mi físico, me hacían pruebas de todo tipo y salía que estaba bien, pero terminaron diciendo que no era del estilo de portero del ‘Tuca'” recuerda quien mide un metro con noventa y un centímetros.
SU PAPÁ Y EL ‘CORRE’ SANARON LA HERIDA
Salir de Tigres fue un golpe fuerte para Daniel Vogel, pero a la distancia recuerda que hubo factores que hicieron que ese momento no fuera tan amargo y lo pudiera superar con facilidad.
“Estaba muy triste, pero mi papá seis meses antes me venía metiendo a la cabeza que me preparara, me vino trabajando, pero después vino Correcaminos y prácticamente la tristeza se fue, salí y seguí creciendo” explica el playera 23.
“No me iba a rendir porque no soy de esos, necesitaba un aire nuevo y eso es lo que pasó al llegar a Correcaminos” firma quien en dos días estará cumpliendo 24 años de edad.
EL EQUIPO DE SUS AMORES
Para el Apertura 2011 el equipo de sus ciudad necesitaba portero, momento preciso para buscar oportunidad tras salir de Tigres, hizo pruebas y Jorge Almirón lo incluyó en su proyecto.
Vestirse de naranja lo llenó de alegría, pues “Yo desde niño fui a ver a Correcaminos con mi papá al estadio, siempre me llevaba hasta con tachones y uniformado (risas), me acuerdo de eso porque hasta yo me sentía ridículo, pero así me llevaba, era un uniforme de portero azul, iba con él, mi abuelo y mi hermano, de hecho tengo fotos con muchos jugadores de esa época” comparte entre risas.
Ese torneo llegó Ignacio Rodríguez a la dirección técnica del “Corre” y salieron campeones, “Yo no lo podía creer que justo el año que llegué se logró el campeonato, en Tigres tuve varios campeonatos pero no es lo mismo, acá es mi tierra y ese fue uno de los mejores que he pasado, espero vengan más” indica.
LLEGÓ EL DEBUT
El 18 de septiembre de 2013 debutó en el primer plantel de Correcaminos, lo hizo en el Torneo de Copa frente a Altamira en el estadio Altamira, en partido que Correcaminos ganó dos por uno con la dirección técnica de Joaquín del Olmo.
“Me dijeron una semana antes que iba a jugar, el campo estaba inundado, yo iba a debutar y la cancha un día antes parecía alberca, me preparé mucho mentalmente y gracias a Dios todo salió muy bien” puntualizó.
La semana siguiente volvió a jugar, en la vuelta, otra vez fue relevante su trabajo bajo los tres postes, ese encuentro terminó cero por cero en el Marte R. Gómez.
Ese año iba a debutar en el primer equipo, pero “En Segunda un árbitro me expulsó, puso en la cédula que yo había dicho cosas de más que no había dicho y me echaron tres partidos, cuando en Segunda te expulsan tres partidos se corren a Liga de Ascenso” comunica.
“El lunes me dijo Joaquín que iba a jugar el fin de semana en Liga, pero el martes llegó el aviso de la Federación y no pude jugar, da demasiado coraje, pero por algo pasan las cosas, traté de pasarlo rápido y seguir trabajando” completó.
Otras dos veces ha sido portero de Correcaminos en la Copa, el 17 de septiembre del año pasado estuvo en la derrota de cuatro por cero ante el Atlético San Luis, y también en el choque contra Veracruz del tres de febrero del presente año donde los naranjas empataron a uno con Veracruz.
SUEÑA CON SER EL MEJOR
Vogel sabe que su momento va a llegar y por eso está preparado, “Lo mejor es trabajar y tener la mente fuerte, uno no sabe cuando va a ser tomado en cuenta, hay que estar al cien por ciento siempre y apoyando al que esté jugando. Estar aquí, estar trabajando, no sabemos cuando viene la oportunidad, lo mejor es estar mentalmente muy fuerte” es su sentir.
Finalmente, al preguntarle cual es su meta, el de Ciudad Victoria no duda un instante en decir que es “Ser el mejor portero, a veces muchos me han dicho que no me vaya tan lejos, que primero sueñe con estar aquí, pero para ser el mejor hay que ir escalón tras escalón, ahorita estoy contento y feliz, esto no se va a acabar pronto, me quedan muchos años, por ejemplo Talavera a los 27 estaba en Liga de Ascenso, hay muchos caso que me motivan para seguir trabajando y luchando para lograr el objetivo” cerró, se despidió, tomó sus guantes, tachones y emprendió su trayecto hacia el vestidor del Centro de Formación.