1.- El evidente desinterés con que actualmente se ironiza la ceremonia luctuosa del aniversario del crimen de Luis Donaldo Colosio, me recuerda aquel aforismo de William Shakespeare que dice: “el tiempo lleva una bolsa a las espaldas, donde recoge las limosnas del olvido”.
2.- El próximo 23 de marzo se cumplen 21 años del crimen de Colosio, y una espesa cortina de silencio y misterio sigue protegiendo en la más absoluta impunidad a los autores intelectuales del magnicidio.
3.- Los primeros dirigentes nacionales del Partido Revolucionario Institucional han venido apocando deliberadamente el aniversario luctuoso de Colosio, como si fuera incómodo o inconveniente recordar en estos tiempos a quien pagó con su vida por atreverse a desafiar los designios de un gobierno autoritario y violento.
4.- Luis Donaldo no mereció ser abatido por matones y canallas a sueldo sin que sus ocultos adversarios tuvieran el valor de quitarle la vida cara a cara. Hubiera sido más justo que lo enfrentaran como a Salvador Allende, para morir peleando por su causa. “Lomas Taurinas” fue el escenario de una vil emboscada para asesinar a un hombre que luchó por impedir la instauración de un nuevo y perverso maximato.
5.- El silencio y las distorsiones en las investigaciones judiciales se explican por sí solas en todo el crimen de Estado, ya que los magnicidios que se ejecutan desde el poder tienen como antecedentes los graves errores de estrategia política que se cometen y la decisión de eliminar a algún personaje se adopta como último recurso para corregir los desaciertos.
6.- El primer error político que se cometió con Luis Donaldo Colosio fue precisamente el de designarlo como candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional, ya que por la autoridad de dicho personaje, Colosio jamás hubiera aceptado ser candidato comparsa para facilitarle el triunfo al candidato panista, y cumplir con la soñada alternancia en el poder que tanto exigía la Casa Blanca a Carlos Salinas para cambiarle el rostro a la democracia mexicana y maquillarla para la nueva época de la globalización.
7.- Entre los muchos misterios que circundan el crimen de Luis Donaldo Colosio, está el que se refiere a la participación de la mafia cubana de Miami en los sucesos de Lomas Taurinas, ya que resulta muy extraño que en el momento en que los sicarios se movilizaban para dar el golpe, el sonido local estuviera reproduciendo la canción cubana “La Culebra”, canción interpretada por el cubano Benny More, y en la que se habla de matar al citado reptil. Esta misma canción se reprodujo en una difusora de Dallas, Texas, a la hora en que la mafia cubana de Santos Traficante estaba aniquilando a John F. Kennedy.
8.- Colosio representó una auténtica oportunidad para retornar a los valores de la mexicanidad, a la defensa real de nuestra soberanía, y a la promoción de un desarrollo independiente con justicia para todos. Quería recuperar el proyecto nacionalista de crecimiento y cancelar definitivamente las perversas recetas de la globalización y la economía de mercado.
9.- El dramático fin de Luis Donaldo Colosio marca un episodio funesto de México, un capítulo negro que enseña que la perversidad y la traición valen más que la honestidad y que los designios malsanos de perpetuarse en el poder se imponen, rebasan y suprimen a los intereses nacionales. Que quien detiene el poder, el dinero y la fuerza, seguirá manipulando al hambre y el orgullo de más de 100 millones de mexicanos, sin que ninguna esperanza de cambio real aparezca en el horizonte de la nación.