BRUSELAS, Bélgica 19-Mar .- El Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas, pide la intervención del Consejo de Seguridad para que la Corte Penal Internacional investigue las atrocidades cometidas por el Estado Islámico y los responsables de los crímenes sean traídos ante la justicia.
“El grupo Estado Islámico pudo haber cometido los tres crímenes internacionales más graves, es decir, crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y genocidio”, sostiene un estudio publicado por el organismo de la ONU.
“Instamos al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas a hacer frente en los términos más enérgicos la información sobre genocidio, crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra, y considerar la posibilidad de reportar la situación en Irak ante la Corte Penal Internacional”, agrega el texto.
La investigación realizada entre junio de 2014 y febrero pasado, y basada en entrevistas a más de 100 víctimas y testigos, sostiene que hay indicios de genocidio cometido por el grupo terrorista contra la minoría yazidí en Irak.
El organismo basa su acusación en la existencia de un mismo patrón de exterminio étnico en las 16 comunidades con mayor concentración de la minoría yazidíes, como sería al-Qahtaniya, Barah, Bazwaya y Sinjar.
En dichas localidades los hombres son separados sistemáticamente de las mujeres y niños, para posteriormente ser ejecutados de manera sumaria.
Los sobrevivientes son sometidos a serios daños mentales y obligados a convertirse al islam.
Por ejemplo, el 2 de agosto, en la comunidad de Sinjar, al menos 80 hombres fueron asesinados en un solo acto, mientras que en Kocho, 700 hombres fueron ejecutados durante el mismo mes.
La investigación además denuncia que se han cometido crímenes de guerra y de lesa humanidad contra cristianos, kurdos, chiíes, turcomanos, mandeos y kaka’e.
El informe de 17 páginas y acompañado de documentos oficiales de la Misión Permanente de Irak ante la ONU, documenta crímenes contra la humanidad como asesinato, esclavitud, deportación, detenciones forzadas, privación de la libertad, violencia sexual y persecución contra la población civil.
También registra crímenes de guerra, como mutilación, tratamiento inhumano y tortura, ejecuciones de miembros de las fuerzas armadas, condenas sin juicio y reclutamiento y uso de niños como soldados.
Entre los casos documentados, están los hechos ocurridos el 6 de agosto en las localidades de la región de Ninewa, en donde unos 200 mil cristianos fueron desplazados y privados de su propiedad.
En la provincia de Anbar el reporte contabiliza al menos la muerte de 602 personas entre septiembre de 2014 y enero del 2015, así como la ejecución de entre mil 500 y mil 700 miembros de las fuerzas armadas iraquíes luego de rendirse a los milicianos fundamentalistas.
Otro acontecimiento estremecedor fue el registrado en la prisión de Badoush.
Cuando ésta cayó en manos de los islamistas fueron asesinados unos 600 reos.
“Una mujer casada de 19 años y embarazada dijo que fue repetidamente violada por un ‘doctor’ del EI por dos meses y medio en el distrito de Hawija. Había laceraciones visibles en el pecho, lo que indicaba que podía haber sido torturada”, expone el texto.
En las áreas recuperadas por las fuerzas iraquíes se han descubierto 11 fosas comunes y hay reportes de 12 más en los territorios aún ocupados por el EI.
“(Estamos) impresionados por el gran número de testigos y víctimas creíbles, que a pesar del trauma severo y en algunos casos de considerable peligro para su seguridad, con valentía denunciaron las violaciones cometidas para asegurarse que fueran documentadas con el objetivo de que los perpetradores sean puestos a disposición de la justicia”, concluye la investigación.