1.- Tanto el secretario de Hacienda como el gobernador del Banco de México dicen y aseguran que en asuntos económicos el próximo año nos irá de la patada por llamarle de un modo elegante, sea que el futuro se vislumbra más negro que la conciencia de cualquier político que aprovecha el poder para acumular riqueza pronta y expedita. De ese tamaño lo pintan Videgary y Carstens como evidente justificación de su incapacidad para rescatar del precipicio a la república.
Nos irá de la patada digo, a pesar de la publicidad oficial que supone el mañana pletórico de alegría y contento gracias a las reformas que por estructurales van en camino de destruir lo poco que la Revolución pudo edificar desde que a don Panchito Madero se le ocurrió llamar a la rebelión contra la dictadura porfirista que ¡vaya coincidencia!, también dibujaba a un México progresista y en pleno desarrollo ignorando que la inconformidad pronto cobraría dividendos. La historia se repite, dicen, en este caso sólo reciclaría el enojo social y probablemente con los mismos resultados del movimiento de 1910.
¿Quién los entiende?. Si escuchamos los discursos del presidente Peña caemos en la cuenta de que los mexicas estamos listos para conquistar la calidad de vida que disfrutan los habitantes del primer mundo y sin embargo bastan dos o tres frases de Videgaray y Carstens para aterrizar en la temida realidad del desastre financiero. No se ponen de acuerdo.
Entiendese que uno de los deberes de EPN es crear optimismo entre una comunidad ofendida hasta por la retaguardia. (Por aquello del alza del costo de los huevos entre otras cosas), ofendida insisto, a la que se le van cerrando los espacios de reclamo convirtiéndola en más peligrosa cuando frente a la represión oficial que ya se ve y siente, no le queda más remedio de responder con más violencia. Para desgracia del sistema las palabras presidenciales dejaron de tener los efectos esperanzadores de hace tres años cuando todavía los votantes confiaban en el PRI. Tal vez ahora sea diferente. Y es que la frustración popular también ha dicho ¡basta!. Ya veremos hasta dónde podrá llegar, si es que llega, si no psss no.
Pareciera entonces que Videgaray y Carstens están invitando a dejar el país dado que aquí, señoras, señores, ya no conviene vivir: “Búsquenle por otra parte porque a los mexicanos sólo espera más pobreza”, sería el mensaje directo y a la cabeza. Los funcionarios en cuestión no buscan soluciones, simplemente se atienen al vaivén monetario externo aunque aportando la incapacidad para manejar el interés nacional que a lo mejor ni les importa.
2.- La novela “ERASE UN PERIODISTA” del autor de esta columna puede adquirirla en las oficinas de “EXPRESO” y en KAPA centro. No se arrepentirá… Mientras tanto y con motivo de los problemas que enfrenta la periodista Carmen Aristegui se ha desatado interesante polémica en torno de la libertad de expresión. ¿Hasta dónde depende este mandato constitucional del estado de ánimo e intereses de los dueños de los medios de comunicación?. En este sentido el escribidor considera que habrá que definir dos campos, el empresarial y el estrictamente informativo, este último donde se acomoda el periodismo de investigación. Hay razón en lamentar que mientras en los países desarrollados se premia a quienes obtienen éxitos periodísticos, en México los satanizan, corren y hasta son perseguidos. Es la situación de Aristegui quien reclama la recuperación de un espacio informativo con escasas esperanzas de lograrlo máxime cuando este viernes nos encontramos la opinión de “prestigiados” analistas con severos ataques contra la comunicadora. A ello agregue la negativa empresarial de reinstalarla.
Nada es fortuito, estamos ante el linchamiento de una líder de opinión bajo la suposición de un ordenamiento superior originado por la ventilación de reportajes comprometedores para el poder. Esta serie de ataques han obtenido respuesta inmediata en mayor solidaridad y apoyo para Carmen. ¡Qué pena que gente como Ciro Gómez Leyva hayan caído en la tentación de la envidia!.
Quedamos en que la libertad de expresión es válida en cualquier medio de comunicación, siempre y cuando los empresarios tengan la capacidad de separar lo administrativo de lo público, es decir lo contable, del interés y la confianza social. En última instancia, ¿qué sería un medio de comunicación sin la opinión pública?. Es cierto, si se amordaza el derecho a la información, todos perdemos.
SUCEDE QUE
Es tanta la desesperación del PRI por rescatar el distrito de Nuevo Laredo (algunos le llaman angustia), que el CDE obligó al delegado especial Diódoro Guerra Rodríguez casi, casi a avecindarse por aquellos andurriales. Mientras tanto en sus oficinas el silencio la penumbra y el olvido imperan… Por su parte el ex candidato tricolor (y perdedor además) a diputado federal Jorge Manzur Nieto obtuvo inesperada popularidad debido al ataque terrorista de que fue objeto tanto él como su familia en Túnez capital del país del mismo nombre. Desde luego que el capítulo vivido debió ser angustiante y hay que celebrar que haya salido bien librado. Fuera ya del terrorífico incidente a Dios gracias, en tono anecdótico quizá Jorge deseó tal popularidad en tiempos idos, allá cuando quiso llegar al Congreso de la Unión, digo yo. Jorge es yerno de Enrique Aragón, aquel que fuera subsecretario de gobierno o algo así, en los días de Martínez Manautou.
Y hasta la próxima.