Ante el imperante escenario macroeconómico actual del país, pareciera ser que los planes, programas y proyectos establecidos por el gobierno federal para el presente año, a todas luces parece que no se alcanzaran, y no sólo eso, se han registrado afirmaciones de parte de la Secretaría de Hacienda, a fin de hacer modificaciones en el Presupuesto de Egresos de la Federación para el año 2016. Lo anterior entre otras cosas es derivado de la alta dependencia que tiene el gobierno de los ingresos petroleros, que aún y con todas las flamantes reformas en el sector energético, los bajos precios de los hidrocarburos han generado que el incentivo que tienen las grandes trasnacionales para invertir en el sector se esté diluyendo poco a poco.
Por otra parte, las fuertes presiones macroeconómicas por la depreciación del peso con respecto a la divisa norteamericana, es otro factor que incide en empeorar el escenario, ya que la economía mexicana está fuertemente anclada a las importaciones de bienes e insumos intermedios, es decir de insumos para la producción, motivo por el cual, ante la depreciación del peso, dichos insumos se adquieren a mayor precio, este incremento sin lugar a dudas se traslada a los precios de los productos finales, es por esta razón que al menos en la economía mexicana una devaluación se transforma inmediatamente en un incremento generalizado en el nivel de precios, o sea en inflación.
Por si fuera poco, desde que el gobierno federal inició con las denominadas reformas estructurales de la economía a principios de 1982, uno de los objetivos prioritarios en materia salarial, fue el mantener por debajo de la inflación los incrementos salariales, lo anterior ha generado una fuerte debilidad del mercado interno, éste que bien puede o bien pudo ser uno de los motores de la economía nacional, ahora se ha convertido en otro de los obstáculos, ya que después de treinta años de mantener uno de los salarios más bajos del mundo, tenemos un mercado interno contraído, es decir que las empresas mexicanas, no pueden competir en el extranjero porque no son eficientes para competir con las extranjeras, y al interior de la economía aunque hay un mercado nacional importante, éste no tiene los ingresos suficientes que le permitan consumir y con ello reactivar la economía, es por ello que ante el escenario actual de la economía mexicana, vamos mal y no se vislumbra la luz que nos saque de la obscuridad del túnel.
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