6 diciembre, 2025

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Saquean finca donde cazaba Porfirio Díaz

El castillo de Nueva Apolinia no ha recibido auxilio para rescatarlo a pesar de su importancia histórica, a principios del siglo pasado era el lugar de descanso y cacería del ex presidente Porfirio Díaz

CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Al parecer el casco de la ex hacienda El Naranjo, mejor conocido como el castillo de Nueva Apolonia, cerca de la zona cañera de Tamaulipas, sólo tiene las buenas intenciones para su rescate.

Hasta ahora la Casa de Cultura en Mante, San Fernando y la Casa del Arte, Casa Filizola, en Victoria y la Iglesia de los Cinco Señores en Jiménez, Tamaulipas, acaparan la atención y la defensa de patrimonio histórico por parte del Instituto Tamaulipeco para la Cultura y las Artes.

Mientras tanto, el tiempo hace su labor y ante el saqueo, existen intereses diversos entre los especialistas locales para ingresar; sin embargo, se sabe de manera extraoficial que hace falta un contacto directo con los herederos actuales de la finca que radican en San Luis Potosí, y con los que se tiene que definir la situación legal de esa propiedad.

Los conflictos de inseguridad en la entidad provocan el anonimato y la ausencia de los herederos de la familia Meade, mientras crece la indignación en la zona por los saqueos que se han registrado en los últimos años al interior de la ex hacienda porfiriana, que en su época de esplendor recibía hasta al mismo presidente de México, Porfirio Díaz, quien llegaba para practicar la caza de venado en la zona.

El espacio posee además riqueza antropológica, pues en la superficie de la hacienda de doña Joaquina Sáinz Trápaga viuda de Meade, existe una capilla y en su interior criptas de los antepasados de la familia que podrían otorgar registros en la actualidad sobre la salud y alimentación de aquellos hombres y mujeres a principios del siglo pasado. La propiedad se adquirió por don Ángel Sáinz Trápaga, como un regalo para su única hija Joaquina.

La construcción del castillo inició en 1891, pero fue don Joaquín Meade, el historiador de Tamaulipas, quien le otorga la forma de castillo español, debido a que él poseía algunos conocimientos de arquitectura.

Antes de que se construyera este inmueble ya había existido ahí una construcción bastante rústica y formó parte de otra hacienda conocida como Sitios de la Huasteca, para el siglo XVIII se le conocía como San Juan Evangelista y Anexas, pero es hasta el 26 de agosto de 1899, cuando se adquieren los terrenos para doña Joaquina Sáinz.

Por la situación geográfica los terrenos fueron una excelente inversión en el ámbito ganadero y El Naranjo fue la hacienda mejor organizada en el ramo, con 15 mil cabezas de ganado mayor y de cría y de 4 a 5 mil yeguas.

Se dice que para el año 1910, la hacienda contaba con una calera propia, telégrafo y escuela mixta dentro de sus dominios.

Tras la muerte de doña Joaquina en 1951, la hacienda se dividió entre sus dos hijos, Walter y Joaquín, y es precisamente a Walter a quien se le concede la propiedad de la hacienda hacia el municipio de González.

Walter la hereda a su esposa María de los Ángeles Sánchez y ella a su vez a los cuatro hijos del matrimonio.

En el sitio había hasta principios del año 2000, algunos custodios del sitio, pero a quince años de distancia, se han desaparecido candados, tinas de baño, barandales y otros bienes de la hacienda.

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