Después de varios días de rumores y dimes y diretes, Adrián Martínez de León salió al quite para decir que no cuenten con él, ahora que se le postula como prospecto a llegar a la presidencia del Club Correcaminos, ante la próxima salida de Francisco Filizola de dicho puesto.
El tiempo corre en contra del equipo de la UAT al que le restan escasos diez días de que concluya el torneo y posiblemente la era que encabezó Francisco Filizola González y que duró casi cuatro años, semanas más, semanas menos, todo depende de hasta dónde le alcance el gas al equipo de Ricardo Cadena, que en teoría es un plantel fuerte, pero con muchas debilidades, inestabilidad e irregularidad, que es lo que hace más previsible un desenlace conocido, que la esperanza de romper los paradigmas y coronarse campeones, además de acabar con los 20 años de martirio en la división de plata.
“El Güero Tota”, que como aficionado fue y es un apasionado seguidor de Correcaminos, aguerrido y a veces arrebatado; no cabe duda de su origen, hombre que surgió de la grada, locochón y destrampado integrante de la Ultra Naranja, Mega Naranja y La Fresada, antes de dar el salto al Consejo Deportivo después de haber dado sus primeros indicios de querer entrarle con lana al manejo del equipo, cuando, según se comentó en aquel entonces, costeó un viaje del equipo en una liguilla, si no mal recuerdo ante León, que para esa llave donde, para variar quedaron eliminados, por primera vez apareció en la camiseta el logotipo de las gorditas que eran en aquel entonces propiedad de su madre, ahora de Femsa y Coca Cola.
Después Armando Arce lo invitó a ser parte de ese Consejo que sí operaba, donde también se dio a conocer gente de mucho compromiso como Gerardo Assad, Javier de los Santos y Hernán de la Garza, de los más destacados, los que no se despegaban, como se debe trabajar pues.
Cuando Armando deja la presidencia y lo sucede en el puesto Francisco Filizola, Adrián continúa a invitación expresa de los nuevos directivos, pero no sería por mucho tiempo pues tras perder la final de ascenso, cuenta la leyenda que pidió al número uno le permitiera ser presidente del equipo, solicitó de manera expresa ocupar ese encargo pues tenía intención de cambiar las cosas, de trabajar de una forma estructurada, con orden, visión y misión.
La petición fue rechazada y el dolor fue doble, pues al perder la final por el ascenso se le sumaba el desaire; se hizo a un lado y con la venta de la empresa de la familia, cambió de residencia, vive en Cancún y ya está formando una familia.
Hoy, a punto de estrenarse como padre y tras los desaires recibidos, Adrián sigue queriendo mucho a Correcaminos, pero no al grado de dejar proyectos de vida por atender uno que hasta el momento no muestra intención de cambio.
Políticamente correcto, aunque probablemente traicionando a sus ideales, Adrián declaró en una entrevista publicada ayer, realizada por mi compañero Marcelino Calderón, que Francisco Filizola ha tenido una “muy buena administración” y que él vota porque continúe en el cargo. Conociéndote mi estimado “Güero”, sé que no piensas eso.
Y lo confirmó, toda vez que a lo largo de la entrevista detalla cuáles son las cosas que se deben hacer, si, lo que todos vemos, lo que desde lejos se ve que se necesita y que en esta aburguesada administración se ha dejado de hacer, entonces, queda claro cuál es tu forma de pensar.
Estimado lector, eso nos lleva a una reflexión, que quienes tienen el futuro de Correcaminos en sus manos deben tomar en cuenta, pues además de la cabeza, además de la forma, también tiene que cambiar el fondo; la confianza que reciba el nuevo presidente debe de reflejarse también en la conformación de su equipo, pues el cambio exige y tiene que ser de raíz.
La pregunta sigue en el aire… ¿quién es el bueno?.
@luisdariovera




