WASHINGTON, Estados Unidos.- La Casa Blanca reculó ayer su declaración de que Venezuela posa una amenaza contra su seguridad.
El Gobierno estadounidense enmendó su postura a menos de un mes de emitir tal calificación sobre el país sudamericano, en un decreto del 9 de marzo en el que el Presidente Barack Obama impuso sanciones a siete funcionarios.
“Estados Unidos no cree que Venezuela represente algún peligro para la seguridad nacional”, afirmó el asesor Ben Rhodes.
Especificó que el lenguaje del decreto se debió sólo a una cuestión burocrática y que las sanciones impuestas a los siete venezolanos no pretenden atacar al Gobierno de Nicolás Maduro en su totalidad.
Las sanciones impiden a los oficiales del aparato de seguridad chavista acceder al sistema financiero estadounidense en represalia por la represión de protestas en 2014.
La bajada de tono de la Casa Blanca se da tras críticas de que cometió un tropiezo diplomático.
Analistas afirman que la calificación de amenaza llevó a varios países latinoamericanos a pronunciarse sobre el decreto en vez de generar un debate sobre los abusos de funcionarios venezolanos que Washington estaba señalando.
Asimismo, expertos dijeron que la declaración sólo atizó el mensaje antiestadounidense de Maduro, que presentará millones de firmas contra el decreto el viernes en la Cumbre de las Américas en Panamá.
A esa reunión acudirá por primera vez el cubano Raúl Castro en el marco de la normalización de relaciones con Washington.
El Departamento de Estado estadounidense indicó ayer que Obama podría aprovechar la ocasión para anunciar que quitará a la Isla de su lista de Estados que promueven el terrorismo, denominación que ha frenado el diálogo.