¿A qué se deberá que en Nuevo Laredo, la candidata priista Yahleel Abdalá está pidiendo debate, cuando la mayoría de sus homólogos por el resto de los distritos, ni siquiera mencionan dicha palabra? La explicación es muy sencilla: la chica Yahleel se encuentra luchando cuesta arriba en la intención del voto, y cree que mediante dicho ejercicio, correspondiente a la nueva cultura democrática, podría nivelar fuerzas.
Otra dama priista que estaría a favor del debate público, es la abanderada del sur, Paloma Guillén Vicente. En este segundo escenario, ignoramos si su situación es parecida a la de Yahleel, pues, hasta lo que sabemos, la emisaria de Bucareli tuvo un aceptable arranque de campaña, sin embargo, algo estaría observando la mujer alada en los números que ella trae, para que ya desde ahora pretenda bajarle puntos a su oponente panista en la contienda.
En lo que concierne a la experimentada Paloma, sabemos de antemano que de darse un debate contra su oponente, la bisoña blanquiazul María Elena Figueroa Smith, dicho combate de argumentos resultaría a favor de la priista.
Como bien nos lo confió en su momento, Guillén se está jugando en el sur el todo por el todo. Paloma ha cruzado el Golfo, y se trata de un vuelo donde está prohibida la derrota. Un vuelo sin retorno.
PRI-PAN: GUERRA DE GEMELOS
Por primera vez, los dos partidos emblemáticos del capitalismo en México (PRI y PAN), han dejado a un lado sus ataques contra el obradorismo y el perredismo, para enfrascarse en una guerra de embestidas verbales y descalificaciones.
Ambas organizaciones encarnan el sueño incompleto del bipartidismo mexicano, trazado a partir del año 2000, cuando Acción Nacional arriba al poder presidencial, cortando una hegemonía priista de más de medio siglo. A partir de ahí, todo pareciera indicar que la población tendrá que votar por una de dos siglas alternantes que finalmente resultan la misma sopa. Tanto uno como el otro, son considerados fieles defensores del actual modelo económico, dictado desde el Fondo Monetario Internacional, y consolidado por Carlos Salinas de Gortari.
Recientemente el Instituto Nacional Electoral (INE), censuró y retiró del aire un spot del PAN donde atacaban virulentamente al dirigente del PRI, César Camacho Quiroz, exhibiéndolo como el portador de un reloj de lujo, cuyo costo es de más de dos millones de pesos.
La respuesta del PRI no se ha hecho esperar, y ahora, utilizando el mismo formato, devuelven la pedrada. Los blancos son el gobernador panista Guillermo Padrés, acusado de construir una presa familiar, despojando del agua a las comunidades campesinas. Y los diputados blanquiazules, que piden el diezmo, o el “moche”, en obras de carácter social, como escuelas y hospitales.
El PAN sería considerado como el partido de los “mochos” y de los “moches”. Sería cuestión de recordar que entre los sospechosos de pedir dinero a cambio de aprobar obras sociales, en su momento, se mencionó al reynosense Francisco Javier García Cabeza de Vaca.
La lista de los involucrados en actos de corrupción panista incluye a figuras emblemáticas como César Nava, acusado de robarse los recursos de PEMEX. Se trata de los sobornos de la empresa Siemens y de un consorcio sudcoreano, en perjuicio del patrimonio de Petróleos Mexicanos.
Se desempeñaba como el abogado general de la paraestatal, y su oportunidad llegó cuando una de las compañías incumplió el contrato, haciéndose acreedora a una sanción por más de 12 millones y medio de dólares. A final, PEMEX sólo cobró la irrisoria suma de 721 mil dólares, y se dejaron de cobrar casi doce millones de billetes verdes. César Nava regaló a su entonces prometida, la cantante Patricia Sirvent, “Patylú”, un departamento de quince millones y medio de pesos en Polanco.
Hoy, tanto el PRI como el PAN se disputan la autoría de una Ley Anticorrupción, pero ni uno de los dos está dispuesto a destapar sus propios escándalos. De esta manera, la ley contra los corruptos nacerá sentenciada bajo el cuestionable apotegma del borrón y la cuenta nueva.
SALUM Y GUEVARA, APRIETAN EL PASO
En sendas jornadas de proselitismo, donde ambos pidieron el voto casa por casa, Miguel González Salum y Alejandro Guevara Cobos siguen recorriendo sus respectivos distritos (V y VI), comprometiéndose con los electores a llevarles beneficios. Guevara estuvo en el municipio de Abasolo, y ahí manifestó que impulsará los temas de la educación, mayores empleos y seguridad. Mientras tanto, en esta capital, el ex alcalde y ex secretario de Finanzas estuvo en la colonia “Simón Torres de la Garza”. En el caso de Migue, su lado fuerte es el planteamiento de garantizarle a la gente el acceso a los programas sociales y luchar para que ya no se produzcan los dolorosos recortes del presupuesto federal.