Pero si la hace le pondremos 10. Según nota de ocho columnas del matutino El Diario, el regidor Luis Morelos Severa López, declara la necesidad de aplicar multas muy administrativas a los contaminadores de la ciudad. Y esto se refiere a toda la raza cueruda de ambos sexos, que lanza sus penas al viento y la basura de todas formas por las calles de Victoria. Y no le falta razón al señor Regidor, porque se ha convertido una fiesta de la basura y el desecho urbano tanto de peatones y de automovilistas que dejan correr la contaminación por doquier, como Juan por su casa.
Pero no es solamente la basura en grano, también la basura tóxica que significa la terrible contaminación del ruido que, a bote pronto, nos regalan a fuerza los automovilistas que suenan sus cacharros al grito de “allí viene Pedro Infante, que cante, que cante”. Y también los autos que como robots enjaulados nos ponen la música a todo lo que da, hasta rompernos los tímpanos.
Se trata de frenar la locura urbana de ruidos en autos, en el chirriar de smog de los destartaladaos y burlones automovilistas, que nos fumigan sin compasión cuando reculan, o sea cuando nos van soplando la nunca. Hay mucho qué decir de la contaminación urbana. Por eso el mejor reglamento es que cumpla el Regidor y no nos amenace con sacarnos a bailar y nos deje vestidos y alborotados.
Por eso le colocamos un 8, porque se me hace que a la hora de la verdad también recula y se lava las manos como Poncho Pilatos. Pero si en verdad la hace, le pondremos un 10, de esos de caracola como en nuestros tiempos de secundaria. Seguiremos con el tema y no quitaremos el dedo ambiental.