La lucha por la sucesión gubernamental está en marcha, ni duda cabe. Por eso todo lo que ocurre en las campañas actuales está relacionado directamente con el año electoral que comenzará el mismo 7 de junio por la noche cuando se conozcan los resultados de la intermedia.
Son muchas las variables que deben observarse antes de hacer un pronóstico.
En el caso de Alejandro Guevara Cobos, por ejemplo, la pregunta no es si obtendrá la victoria sino con qué números alcanzará la diputación federal.
No es un secreto que el mantense lleva a cabo su campaña en el 2015 pensando en el 2016. Y un resultado abultado como el que busca, bien podría catapultarlo al primer lugar de las opciones para la sucesión.
Tener el mejor resultado de entre los priistas le ayudaría a ocupar una posición de privilegio en San Lázaro, acaso como presidente de alguna de las comisiones importantes.
Para «Paloma» hay mucho más en juego este 7 de junio. En primer lugar, porque su competencia es significativamente más dura. La victoria para la experimentada ex funcionaria todavía no puede garantizarse y en caso de que llegue, no parece fácil que los resultados sean tan apabullantes como les gustaría a ella y sus seguidores.
Una pírrica ventaja, por más ventaja que sea, la dejaría en un segundo plano a la hora de elegir al indicado para derrotar a la oposición en la que se antoja como una batalla complicadísima.
Traer la bendición de la Secretaría de Gobernación es importante pero tampoco definitivo. El escenario nacional ha contribuido a que ni siquiera contar con el apoyo del mismo presidente es garantía de nada.
A Baltazar Hinojosa, por su parte, le toca hacer ganar a Chuchín en Matamoros, y al mismo tiempo aprovechar su condición de plurinominal para placearse por todo el estado.
Pero en ese camino se le han presentado algunos obstáculos.
Tan sencillo como que el matamorense no es bienvenido en el sur de Tamaulipas, mucho menos en la región cañera.
A “Balta” ya se le ha visto por Ciudad Victoria y Nuevo Laredo con el pretexto de llevar sus foros de consulta, pero no ha encontrado el modo de aterrizar en Tampico, por ejemplo, una plaza que seguramente está marcada con rojo en su ruta crítica hacia el 2016.
El ex alcalde tiene tiempo para encontrar el modo. Tejer las alianzas necesarias. Ganarse el cariño de los priistas de aquellas latitudes. La pregunta es qué puede ofrecer para convencer a los grupos locales que a poco más de un año de la elección, ya ven a Alejandro Guevara como su proyecto.
A los tres les corresponde evitar un choque de trenes que los descarrile. La pregunta es, si tendrán la estatura política para comprender que en esta ocasión una fisura aunque sea mínima, puede representar la derrota de su partido en la elección más importante de las últimas décadas.




