La designación de Baltazar Hinojosa como secretario de Organización del Comité Nacional del PRI, desató este jueves un montón de comentarios y especulaciones que para sus seguidores fue interpretado como un paso hacia adelante en sus aspiraciones a la gubernatura, y para sus detractores o adversarios representa un retroceso, pues aseguran que como candidato a diputado plurinominal tuvo desencuentros con los otros aspirantes y ante eso debió ser rescatado por el PRI nacional y cuidarlo para después del 7 de junio.
Otras opiniones menos apasionadas, atinan que su llegada al CEN se debe a que le abre cancha a Enrique Martínez y Martínez, su ex jefe en la Sagarpa y quien se dispone a tomar las riendas del partido luego que César Camacho se vaya de la dirigencia en el mes de agosto.
Baltazar Hinojosa ocupa el lugar que tenía hasta ayer el todopoderoso José Encarnación Alfaro, de quien se dice traía una desorden en el Comité Nacional y que ameritaba su urgente salida. Lo cierto es que el matamorense llegó y movió los escenarios en Tamaulipas de cara al 2016.
¿Cómo interpretar la llegada de Baltazar, a una de las posiciones más importantes del Comité Nacional?.
Baltazar, desde su reciente regreso al Estado no generó un clima de armonía entre los demás aspirantes a la gubernatura. Tanto que sus foros que intentó celebrar en los 8 distritos, fueron vistos como actos de promoción personal y nunca de apoyo a las candidaturas priistas. La clase política priista estatal, aparte de los adversarios, no vio con buenos ojos estos eventos.
Sin embargo, desde otra óptica, el proyecto de Baltazar, dicen, tendrá un efecto contundente en Tamaulipas desde el Comité Nacional. Con esa jerarquía le permitirá construir una candidatura con alianzas que hoy no tiene.
Dicen los que saben que Balta será finalista en la sucesión estatal. Tiene el respaldo del secretario de Hacienda, Luis Videgaray, y otros prominentes hombres incrustados en el gabinete. Si resulta cierta la llegada de Enrique Martínez y Martínez al PRI, su handicap se reforzará porque el coahuilense es uno de los más convencidos que puede alcanzar la candidatura y ganar la gubernatura.
Para los analistas, Baltazar es de los aspirantes, el que mejor perfil tiene para gobernar Tamaulipas. Tiene formación, experiencia y oficio; conoce el Estado, cuenta con las relaciones políticas en la iniciativa privada y los grupos políticos del país. Pero tiene negativos que le pueden hacer mucho daño: su pasado y su relación con los ex gobernadores. Su carácter no le ayuda y es difícil venderlo electoralmente. Sería un buen gobernador, pero el PRI no gana con él.
A principios de enero, en la víspera de los destapes priistas, Enrique Peña Nieto sostuvo una reunión con su gabinete en donde estaban muchos aspirantes a diputados, entre ellos Baltazar y otros tamaulipecos con aspiraciones. Ahí, el Presidente les dijo que aquellos que quisieran ser diputados o gobernadores, deberían ir a la base, con la gente y hacer mucha política. “Ni amigos, ni cuates serán candidatos. El que quiera ser que vaya y trabaje con la gente”, les reiteró el Presidente.
Baltazar, durante tres semanas, se dio una probadita y entendió que hay que bajar a la tierra para que lo conozcan y muestre sus cartas.
Si en verdad quiere ser protagonista, debe ser más terrenal y hacer talacha abajo, amarrarse con los grupos y mostrar humildad política.
Los apoyos arriba cuentan, pero está visto que el que se lleva las candidaturas es aquel que retrata y convive con la gente.
Eso le está faltando a Baltazar. Hay tiempo. Pero la política hoy se hace desde la patria chica aunque el gran elector esté allá en Los Pinos.
Talachazos
YA SE SUPO.- Dicen que la “licencia” de Rafael Méndez a la Sección 30, se debió a una denuncia que hay en su contra en el INE. Rafa fue sorprendido amenazando a los maestros para que votaran por el PANAL. Además se documentó y se videograbó que el líder magisterial usó recursos públicos del sindicato para hacer su campaña.
Acorralado por las evidencias, Rafa optó por irse sin decir nada.
Aunque también se dio cuenta que los maestros nada quieren saber de él, por su desdén y falta de trabajo a favor de la causa magisterial. En el pecado llevó la penitencia. Ahora falta esperar el resultado del 7 de junio. El pronóstico de los mismos maestros es que Rafa no llegará a la plurinominal.