BALTIMORE, Estados Unidos.- Stephanie Rawlings Blake, Alcalde de Baltimore, impone toque queda a partir del martes, dice que “truhanes” tratan de destruir la ciudad.
“Muchas generaciones han ayudado a construir esta ciudad para que sea destruida por matones”, dijo Rawlings-Blake al hacer los anuncios en una conferencia de prensa.
Previamente el gobernador de Maryland, Estado Unidos, Larry Hogan, declaró el estado de emergencia en Baltimore a causa de las violentas protestas desencadenadas en la ciudad tras la muerte de un joven negro que se encontraba bajo custodia policial.
El gobernador republicano dio esa orden a petición expresa de la ciudad, y movilizó a la Guardia Nacional (una fuerza militar de reserva) para “hacer frente a la creciente violencia y agitación” en Baltimore.
Baltimore se ha convertido en el último foco de disturbios protagonizados por la comunidad afroamericana en Estados Unidos, después de varios episodios mortales de violencia policial contra jóvenes negros en el país.
Las protestas de hoy en el centro de la ciudad dejaron por lo menos siete agentes heridos de gravedad (uno de ellos quedó inconsciente), además de varios vehículos y una tienda en llamas, informó el portavoz de la Policía Eric Kowalczyk.
El gobernador de Maryland convocó una rueda de prensa para dar más detalles sobre la situación en Baltimore para este lunes a las 20:30 hora local (00:30 GMT del martes).
Centenares de manifestantes se enfrentaron a la Policía lanzándoles piedras, ladrillos y botellas, mientras que los agentes respondieron con gas lacrimógeno y gas pimienta.
El joven afroamericano Freddie Gray, de 25 años, sufrió un golpe en la espalda mientras la Policía de Baltimoreprocedía a su detención el pasado 12 de abril, una situación ante la que Gray solicitó asistencia médica que nunca le fue otorgada.
Una semana después, el 19 de abril, Gray murió en el hospital a causa de la herida.
En la mañana hoy se celebró en Baltimore el funeral del joven, al que asistieron miles de personas y que transcurrió de forma pacífica, pero al final del ritual se desencadenaron protestas violentas que se expandieron por gran parte de la ciudad.
Este nuevo caso ha vuelto a reabrir las heridas entre la comunidad afroamericana, que, tras la muerte de Michael Brown en Ferguson (Misuri) el pasado agosto, denuncia que existe un notorio uso desproporcionado de la fuerza por parte de los agentes policiales respecto a la población negra.