1.- El supremo gobierno federal está cierto de que para combatir la corrupción primero deberá cambiar la sociedad de otra forma no habrá resultados positivos. Buen pretexto encontró el poder para lavarse las manos. Siendo así ya no hay duda de que México está condenado a sufrir quien sabe por cuánto tiempo, el flagelo al que recién se refirió Peña Nieto y al cual insistió en calificar como asunto de orden cultural que afecta a las naciones “especialmente” latinoamericanas. Aquí fue justamente donde acomodó eso de que si queremos realmente lograr un cambio de mentalidad y de conductas públicas “hay que asimilar nuevos valores éticos y morales dentro de la sociedad” sentencia no dirigida a quienes tienen mando y decisión sobre las instituciones sino a los integrantes de la comunidad que ya quisieran salir de los problemas en que los metieron sus autoridades como para andar persiguiendo a los corruptos. No olvidéis que ya suman setenta millones de nacionales los que amanecen con el Jesús en la boca tratando de adivinar cómo sobrevivirán las próximas 24 horas.
El presidente de México asegura que el gobierno ya puso su parte, (seguro refierese a la aprobación legislativa del sistema anticorrupción que no pasa de ser mera vacilada toda vez que se conserva la impunidad en su más alta dimensión). “Ahora toca a la sociedad crear lo que le corresponde a favor de la legalidad”, precisa. Pues nada más que nos diga de qué manera podemos actuar contra quienes abusan del poder con singular alegría y por lo tanto sin el mínimo respeto a le ley.
Después de conocer estas reflexiones de EPN, el escribidor quedó anonadado, estupefacto y poli-contundido. Sabíase que el combate a la corrupción e impunidad provienen del gobierno. Él y solamente él, cuenta con los medios y métodos adecuados para meter en cintura a la ilegalidad. Es el poder quien tiene la fuerza necesaria para validar el estado de derecho logrando de esta forma confianza y credibilidad. Sin embargo ahora resulta que las autoridades se hacen a un lado y nos dejan como al principio, es decir, con la resignación a cuestas, la retaguardia descubierta, y más confundidos que un tren sin destino en una noche de tormenta. ¡Órale!.
Culpar a la sociedad de la impunidad que aqueja a la república es una forma simple de sacudirse el deber de combatirla con todas sus consecuencias (a la impunidad no a la república), que pueden ser muchas y variadas, siempre y cuando exista voluntad política de hacerlo, pero, ¡ea! que este es el problema. Y es que ningún régimen estaría dispuesto a barrer los escalones de arriba hacia abajo. Y menos cuando el PRI se encuentra en peligro de ser expulsado de Los Pinos por tantas y tantas barbaridades cometidas a nombre de la justicia y “el bueno gobierno”.. Y ni modo que sea invento.
Quedamos en que impunidad y corrupción seguirán mientras la sociedad no actúe según el supremo gobierno, y uno se pregunta si esto no será exagerado en un régimen que ha puesto en duda sus escrúpulos.
2.- Mientras tanto le invitamos a disfrutar la novela “Érase un periodista” del autor de esta columna. Es una gran historia desarrollada en diversos escenarios en torno de la vocación más sublime y humana. No se arrepentirá. Adquiérala en EXPRESO y Kapa centro.
Mientras tanto el PRI tamaulipeco debería alertar los sentidos sobre lo que pasa en Nuevo León. Y es que la última encuesta de Reforma indica que Jaime Rodríguez, el candidato independiente a quien llaman “el bronco”, está por encima del tricolor y el PAN en la intención del voto para gobernador. Debe alertar los sentidos digo, porque no extrañaría que el próximo año un candidato populista ocupara los primeros planos en la sucesión estatal y éste no podría ser otro que Gustavo Cárdenas Gutiérrez.
Créalo, no es fantasía ni ganas de molestar a la dirigencia priista, al contrario. Y es que Gustavo es el único que está en campaña permanente desde que descubrió que la política es la llave que abre todos los candados. Podemos estar o no de acuerdo con sus extravagancias, pero de que su carisma se impone en cualquier circunstancia eso-que-ni-que. “Es el menos pior”, dicen. El populismo entonces, podría escribir la siguiente historia sexenal en Tamaulipas en considerando que el candidat@ llegad@ del centro tricolor cargará sobre sus espaldas los errores, fracasos y fallas que hasta ahora han sido el pan nuestro de cada día dentro del gobierno federal.
Por otra parte, no falta quien asegure que Gustavo podría darse el lujo de renunciar a la candidatura por mayoría del quinto distrito dejando el campo libre al PRI, pero más vale que no lo haga porque esto le costaría la gubernatura. Y no creo que tenga otra oportunidad.
SUCEDE QUE
Conforme el cristal con que se vea, la reelección de alcaldes y diputados locales puede ser buena o mala, sin embargo no hay que perder de vista que la decisión no dependerá de los interesados, ni siquiera de sus partidos sino del líder político de la entidad en la mayoría de los casos. Habrá que preguntar, ¿será posible dicha reelección en Tamaulipas?. A lo mejor, tal vez, quizá, igual y sí, es probable. Uno nunca sabe…Aunque usted no lo crea, Peña Nieto ofreció este viernes “todo el apoyo” al presidente de Colombia Juan Manuel Santos para lograr cuanto antes la paz y tranquilidad en aquel país. Yo creo que debió ser al revés, ¿ a poco no?.
Y hasta la próxima.




