Entender el estado real de la inseguridad y violencia no es fácil, los diferentes tipos de índices de seguridad pueden ser engañosos y deben ser interpretados de manera específica.
En esta jungla de datos, existe el riesgo que las autoridades opten por aquellos que aparentemente les favorecen, que apuntan a que sus decisiones fueron las mejores y que están produciendo los efectos deseados.
Sin embargo, negar el deterioro de la inseguridad ha producido una gran pérdida de vidas, costos económicos y sociales enormes que los mexicanos tardaremos años en reponer. Hoy tengo la oportunidad de levantar la voz y advertir a las autoridades de Guanajuato y Querétaro que sus entidades se encuentran en riesgo.
Ambas entidades se distinguen por ser polos de inversión, según el Índice de Competitividad Estatal 2014 del Instituto Mexicano de la Competitividad, en 2012 se encontraron respectivamente en los lugares 5º y 15º en materia de competitividad; de acuerdo con INEGI, en 2013 Guanajuato aportó el 4% del PIB nacional, Querétaro 2.1%.
Sin embargo ambas entidades han tenido aumentos significativos en la incidencia de denuncias de delitos del fuero común. En un comparativo 2013-2014, en tasas por cada 100 mil habitantes, Guanajuato aumentó 4.75% en homicidio culposo, 9.65% en homicidio doloso, 25.16% en robo con violencia, 17.51% en robo de vehículo, 11.69% en robo a casa habitación y 26.18% en robo a negocio.
Querétaro, bajo los mismos parámetros, mostró aumentos del 64.45% en homicidio culposo, 31.27% en secuestro, 53.93% en robo con violencia, 39.40% en robo de vehículo, 6.39% en robo a casa habitación y 64.62% en robo a negocio.
Importante recordar el trabajo que las autoridades de Guanajuato han hecho para fomentar la denuncia ciudadana y fortalecer sus registros a través de procesos para hacerla más ágil y cercana para el ciudadano. Esto podría inducir a suponer que el aumento en la estadística oficial de incidencia delictiva en parte se debe a una menor cifra negra. Sin embargo, ambas entidades deben reconocer el aumento de delitos y el acontecimiento de algunos sucesos específicos que apuntan a la presencia de criminalidad organizada y que si son minimizados el riesgo de deterioro es alto.
Estamos a tiempo para prevenir nuevos Tamaulipas, Guerrero, Michoacán o Jalisco, es momento que sociedad y autoridades mostremos un frente común ante quienes quieren vulnerar la paz social, que debe ser liderado desde lo local y debe iniciar con un franco reconocimiento de los peligros existentes y la necesidad de atender las causas sociales y no sólo las consecuencias de inseguridad.
@frarivasCoL