LOS ÁNGELES, EUA.- El Gobernador de California, Edmund Brown, declaró ayer en emergencia la zona turística de la costa del Pacífico cercana a Santa Bárbara, tras el peor derrame de petróleo en el estado desde 1969.
“Vamos a hacer todo lo que sea necesario para proteger la costa de California”, señaló Brown al momento de declarar el estado de emergencia.
El impacto ambiental ha sido devastador: se estima que se derramaron al menos 400 mil litros de petróleo, de los cuales 80 mil llegaron al mar.
La fuga se produjo el martes pasado y proviene de un oleoducto de la compañía Plains All America Pipeline, que explicó que el crudo llegó al agua por una cañería que ya fue tapada.
“Lamentamos mucho lo ocurrido y estamos trabajando para que el impacto medioambiental sea lo más pequeño posible”, señaló la empresa petrolera.
Plains All America Pipeline es uno de los gigantes energéticos de Estados Unidos. En 2014, reportó ingresos por 43 mil millones de dólares y ganancias por casi 900 millones de dólares.
La empresa se destaca de otras de la industria petrolera… pero por sus multas. De entre más de mil 700 operadores de oleoductos, sólo cuatro han incurrido en más sanciones desde 2006, de acuerdo con un análisis del diario Los Angeles Times.
“Los derrames nunca son accidentes. Son el resultado de la deficiente operación de las empresas petroleras, las cuales anteponen sus ganancias económicas por encima de cualquier impacto humano o ambiental”, declaró a REFORMA Gustavo Ampugani, vocero de Greenpeace México.
Las autoridades ya lograron contener el derrame y aún trabajan para limpiar la línea costera de Santa Bárbara, al noroeste de Los Ángeles.
El oleoducto fue inaugurado en 1987 y ya había pasado por “inspecciones de rutina”, aunque grupos que protegen el medio ambiente ya habían advertido que la instalación no contaba con las normas de seguridad necesarias para evitar accidentes.
El siniestro sucedió semanas después de que el Presidente estadounidense Barack Obama diera luz verde a permisos para que la petrolera Shell inicie trabajos de exploración en el Ártico, una de las zonas más ricas del mundo en gas y petróleo crudo, pero cuya explotación implicaría serias afectaciones climáticas y ambientales, indicó Ampugani.
“Si los líderes estadounidenses no tienen el coraje de hacerle frente a la industria petrolera, seguiremos viendo derrames desde California hasta Alaska, pasando por México y en cualquier parte”, advirtió.
Con información de Eloísa Farrera