CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Gladimir es un pequeñín de apenas nueve meses de edad, de los cuales ocho los ha pasado en terapia intensiva del Hospital Civil debido a que padece un mal congénito que le impide respirar por sí mismo y necesita ayuda de una sonda.
Este padecimiento ha representado gran cambio y sufrimiento para su familia por el hecho de tener al miembro más pequeño internado; segundo, debido a ello han tenido que dejar el campo y trasladarse a la ciudad, por lo que han dormido en el piso frío del nosocomio durante cinco meses.
Su padre, el señor Gladimir Báez Cervantes relata los apuros que han sorteado junto a su esposa Macrina, así como sus hijas Adriana, Maricela y Karely de 7, 5, y 2 años.
«Nosotros vivimos en el ejido Aquiles Serdán en Tula y todo iba bien pero de pronto mi hijo se empezó a agitar», Báez Cervantes platicó cómo su hijo recién nacido tenía aparente buena salud por lo que no se le halló ningún problema al nacer; sin embargo, a los 22 días empezó a sufrir por problemas para respirar. «Se empezó a poner malito, no podía respirar, inmediatamente nos trasladamos a Jaumave con el médico». Preocupado y melancólico recordó aquel día cuando los médicos decidieron trasladarlo de emergencia en ambulancia desde Jaumave para internarlo al Hospital Civil.
«Me dijeron los doctores que tenía problemas para respirar, que sus pulmoncitos no trabajaban bien, por eso le pusieron un aparato para el aire».
Desde entonces se mudó a ciudad Victoria junto con su esposa e hijas, por lo que dejó el campo y su casa, ahora su cama es un piso duro. «Es muy duro, coloqué sólo una lona pero pasamos frío y mucho calor».
Manifestó que al buscar ayuda, la Secretaría de Salud le donará una sonda para el pequeño Gladimir, además una parte del medicamento la pagará el Seguro Popular, pero que necesita ayuda porque actualmente no cuenta con dinero para mantener a sus tres niñas que viven con él. «Después conseguimos un cuartito en el cual nos rentan a 500 pesos pero se va a acabar el mes y no tenemos para la renta».
La necesidad de la familia los orilló a que buscaran un cuarto —cuatro por cuatro— a una cuadra del hospital, aprovechando la cercanía; sin embargo, el trasladarse a Victoria representó que Adriana dejara la primaria y Mariela el kinder.
Actualmente Gladimir pide ayuda, debido a que la falta de trabajo le ha dificultado la manutención de su familia, ya que él es un hombre de campo y no halla trabajo. «Mi esposa trabajó para un señor vendiendo gorditas pero el puesto cerró».
Por esta razón, la familia Báez Maldonado pide ayuda a la ciudadanía y las autoridades, ya sea con una despensa o con pañales para el pequeño Gladimir o Karely, o también se le facilite un trabajo digno con el cual sacar el sustento de su familia en tanto mejora la salud de su hijo de apenas 9 meses de edad.
¿A dónde dirigir la ayuda?
Si usted desea ayudar o realizar una donación para la familia Baez Maldonado, puede comunicarse al número 834 118 53 24
