CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- “Gracias al Señor” fueron las palabras de Macrina, madre de Gladimir al recibir ayuda y donativos por parte de los lectores de Expreso y autoridades que fueron testigos de su historia relatada en estas páginas.
Por su parte, el señor Gladimir conmovido por los gestos de generosidad de la ciudadanía dijo “Les doy las gracias por el apoyo, no hallo cómo expresarme para tanta ayuda, la verdad no me lo esperaba”.
Ellos son los padres del pequeño Gladimir, un pequeñín de apenas nueve meses de edad, tiempo del cual ocho de ellos ha vivido en terapia intensiva del Hospital Civil; él padece un mal congénito que le impide respirar por sí mismo y necesita la ayuda de una sonda.
Este padecimiento ha significado un gran cambio y sufrimiento para a su familia, por una parte el tener el miembro más pequeño internado, segundo el hecho de dejar el campo y trasladarse a la ciudad y pasar hambre y frío, e incluso el dejar sin estudio a sus pequeñas hermanas, Adriana de siete años y Mariela de cinco.
A pesar de esto pareciera que la suerte sonríe nuevamente a la familia Báez Maldonado gracias a la generosidad de la cuidadanía tamaulipeca, ya que no sólo los capitalinos sino también gente de Tula se ha comunicado con el señor Báez Cervantes para ofrecerle su auxilio.
Y es que ninguna ayuda es pequeña ya que les han donado desde un paquete de arroz, otros artículos de la despensa, unos pañales para la pequeña Karelly de dos años e inclusive dinero en efectivo para para completar la renta del mes.
Gracias a esto los padres del pequeño que aún se encuentra internado en el Hospital Civil han encontrado un poco de respiro ya que por lo menos tienen algo con qué alimentar a sus otras tres niñas, mientras están al pendiente de su hijo más pequeño.
Respecto al futuro del bebé de nueve meses aún es incierto ya que se encuentra estable, afortunadamente, sin embargo aún no existe fecha para que sea dado de alta.
Finalmente el señor Gladimir manifestó que así como le han dado ayuda también le han ofrecido trabajo, “Un señor que se dedica a la herrería me llamó, me ofreció una chamba de ayudante” por lo que hoy irá a verlo.




