Dicen que los número son fríos pero en las elecciones estos se convierten en verdaderas lapidas capaces de sepultar cualquier pretensión personal o de grupo, pues conllevan una gran carga de emociones y de intereses creados, que cuando no son favorables se vuelven especialmente dolorosos y determinantes.
En la reciente contienda electoral surgen muchas preguntas que los propios actores de la elección deben de contestarselas, si ellos quieren de alguna forma retomar el camino y buscar la aceptación de la gente en otras circunstancias electorales.
La baja participación ciudadana en las votaciones, a pesar de lo esperado, no tocó fondo y rebaso las expectativas que se tenían de la jornada electoral, aunque tampoco fue suficiente para determinar cambios sustantivos en el orden del poder políticos local, pues faltó una gran sector de electores que en la contienda local pasada hizo presencia en las urnas y en esta ocasión brillo por su ausencia.
Ramiro Salazar y el partido Acción Nacional fueron lo que pagaron la factura de ello, aunque cabe preguntarse si realmente la derrota fue infringida al partido o a un proyecto político personal y de grupo donde utilizaron las siglas de este organismo político.
Lo cierto es que desde la designación del contendiente panista a esta elección, hubo un fuerte alejamiento de los militantes albiazules con “su” candidato, quienes desencantados prefirieron ir a otro distrito a apoyar a los candidatos panistas o prefirieron mantenerse al margen de la campaña, aunque al final jugaron un papel muy importante llamando incluso a votar por el candidato de enfrente.
Lo cierto es que a raíz de los errores en la administración publica municipal y el error de llevar a Ramiro Salazar como candidato, la propia militancia panista cobró la factura desmovilizándose y aliándose de facto con otros intereses políticos que no precisamente eran los de su partido.
Ahí coincidieron muchas corrientes políticas y de intereses, con lo que ganó fuerza la propuesta del PRI, reforzándose en las urnas, lo que habla que el triunfo no fue enteramente de los priístas sino también de quienes vieron la oportunidad de cobrar alguna factura.
Evidentemente esto no le quita mérito al trabajo de campaña realizado por los priístas en torno a su candidato, que echaron a rodar la maquinaria de su estructura para lograr los resultados favorables a su causa.
Pocas veces se le había visto tan entusiasmada a la estructura obrera del PRI como en esta ocasión, reflejo inequívoco de que hubo un cabildeo profundo entre el candidato y el sector para poder lograr dicha cohesión.
También hay que admitir que en medio de la ausencia de candidatos con autoridad moral, Jesús Chuchín de la Garza aportó al tricolor las virtudes que dan a su entorno, ser un hombre serio, respetuoso, sencillo y honesto como siempre ha sido el priísta.
Por eso hay que reconocer que las circunstancias fueron muy especificas en esta contienda en el 04 Distrito Electoral Federal y que difícilmente la próxima contienda local del 2016 pueda tener los mismos matices.
Ahí si, se espera que los panistas operen con toda su estructura (siempre y cuando se hayan reconciliado internamente) por lo que el trabajo políticos de los priístas, si quieren mantener la simpatía de la gente, tendrá que consolidar también sus estructuras internas, siendo incluyente para sumar a todos sus militantes en principio para luego llegar y sumar a la población a su proyecto, manteniendo una actividad permanente con la gente y los medios de comunicación.
Y como decía José Ortega y Gasset “Yo soy yo y mi circunstancia; y si no la salvo a ella no me salvo yo”, lógica que tendrán que practicar los partidos si quieren ser protagonistas y sobrevivir a la próxima contienda electoral del 2016… bueno eso dicimos nosotros… pero usted ¿Cómo ve?
La ojeadita…
El candidato sobrepuesto por el CEN del PRD, Fernando Iglesias Elizondo, “le salió el chirrión por el palito” con la petición de destitución del vocal ejecutivo del INE en la demarcación por no cumplir sus deberes, pues se le olvidó que tenia que haber actualizado su credencial de elector y cambiar su domicilio de la Ciudad de México a Matamoros para poder votar… y no voto… lastima que no se puede pedir su destitución como candidato… lo bueno es que ya fue… será por eso que el partido del sol eclipsado cayó de la tercera fuerza electoral en Matamoros a casi la novena “fuerza” (si así se le puede catalogar)… a saber….