SABAH, Malasia.- El pasado 30 de mayo, un grupo de 27 turistas realizaba el descenso tras haber alcanzado la cima del Monte Kinabalu, en el este de Malasia, cuando algunos de ellos se retaron a fotografiarse desnudos pese al frío en la cima de este monte de más de 4,000 metros de altitud y a las peticiones de los guías para que no lo hicieran.
Este viernes, un tribunal local dio una condena simbólica de tres días de prisión y el pago de una multa a los cuatro turistas -dos canadienses de 23 y 22 años, un holandés de 23 años y una británica de 24- quienes habían aceptado los cargos de comportamiento obsceno en espacio público ante el juez en Kota Kinabalu, en el estado de Sabah.
El juez también impuso el pago de una multa de 5,000 ringit (equivalentes a 1,331 dólares) a los cuatro, que comparecieron ante la corte esposados por parejas, en medio de un fuerte despliegue policial. Otros seis turistas son buscados por las autoridades de Malasia por la misma conducta.
El abogado de la defensa, Ronnie Chiam, presentó como atenuantes la ignorancia y el arrepentimiento de los acusados, de quienes aseguró que “como gesto remordimiento quieren extender su disculpa pública al pueblo de Sabah y de Malasia”.
Y aunque la sentencia permitió la puesta en libertad de los acusados, que se enfrentaban a una pena de tres meses y que han superado la condena impuesta con el tiempo pasado bajo custodia policial, podría no ser todo para ellos.
Tras la circulación de las imágenes por las redes sociales, líderes de comunidades indígenas culparon a los turistas por haber enojado con su actitud a los espíritus del Kinabalu, un popular destino turístico de esta zona en la isla de Borneo y que consideran sagrado, por lo que, según ellos, los espíritus enfadados respondieron desencadenando el temblor.
Seis días después del desnudo de estos turistas en el Kinabalu, el terremoto de 6 grados en la escala de Richter causó la muerte de 18 excursionistas y guías en el lugar.
Los turistas también podrían enfrentarse a una demanda en un tribunal de nativos, que podría condenarles a pagar los gastos de la ceremonia para calmar a los espíritus, incluidos los búfalos de agua que serían sacrificados.
En el momento del sismo, alrededor de 200 personas escalaban o descendían la montaña de 4,095 metros de altura, la más alta de la isla de Borneo y situada en un parque protegido.
El temblor se prolongó durante un minuto y provocó avalanchas, desprendimientos de rocas y el derrumbe de dos montículos donde se practica la escalada, así como daños en varios edificios del parque nacional.
Con información de Univisión