CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Las corporaciones policiales, así como la sociedad, han perdido valores; se ha perdido el respeto al uniforme no sólo por parte de los ciudadanos hacia el policía, ahora, ni el mismo elemento lo porta dignamente, aseguran ex agentes estatales y municipales retirados.
Entrevistados por separado, ex agentes de la Policía Ministerial, Rural y Municipal coinciden que en muchos aspectos los integrantes de las corporaciones de seguridad han conseguido avances, sin embargo, sigue la polémica por su desempeño y falta de beneficios laborales.
Don Jorge, un ex policía preventivo municipal actualmente con 62 años, y quien conduce un taxi para sobrevivir, señaló que la sociedad muchas veces es injusta al cuestionar siempre la labor del policía.
«El policía siempre será abusivo, golpeador para la población, aunque se haga cumplir la ley; la sociedad está acostumbrada a hacer lo que desea», dijo. Con más de una década de haber «colgado el uniforme» asegura que hoy en día los policías ganan salarios más dignos, pero también son más examinados debido a que tienen más cursos de capacitación y otros beneficios.
«Yo no me acuerdo que me hayan dado tantos cursos, ni exámenes, ahora por lo que he leído les aplican muchas pruebas para ser policía y finalmente la gente los considera cómo malos policías», dijo.
«Antes a uno le decían que estaban buscando policías para el municipio, ibas, con la primaria entrabas a trabajar, y no recuerdo que tuviéramos tantos problemas como los robos, ya que siempre estábamos trabajando», relató.
«Salíamos en las unidades y conocíamos quien andaba de malandrillo, y era muy fácil identificarlos por cómo hacían sus cosas, de repente en colonias de las orillas, las piedras se veían volar y a cubrirse, era parte del trabajo diario».
Un caso similar, es el de don Roberto, ex policía de la Rural, corporación que desapareció hace más de 4 años, «muchos años trabajé en el municipio de San Fernando, conocí todas las brechas, luego nos mandaban a otros municipios y teníamos presencia, cuidábamos el trabajo».
A pregunta expresa del por qué un policía puede cambiar de fila, señaló, «es cuestión de principios, de valores que nos enseñan en la casa; uno se sentía orgulloso de portar el uniforme, de hacerlo valer, hoy no lo sienten, les da lo mismo, digo no todos, pero muchos».
Estimó que no se ha valorado al policía por su labor, y los salarios siempre fueron raquíticos, las jornadas largas y fuera de su lugar de residencia, «sólo porque uno se acostumbró a ser ahorrativo, y echando ganas, pero la verdad es que sí ganan muy poco los policías», comentó.
Don Roberto señaló que está a favor de una policía única, porque en su época, había policías de primera, segunda y hasta tercera, «los rurales éramos de los peor pagados, y los que andábamos en los lugares más peligrosos y solos, ah pero qué tal los ministeriales, esos sí ganaban bien», dijo.
Platicó una anécdota, «una vez, de esos eventos cuando juntaban a las corporaciones de Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila, recuerdo que nos dijeron que teníamos que ir presentables, y la verdad los de aquí nos sentimos mal, porque los compañeros de otros estados con todos sus uniformes nuevos y armados, buenas armas, y nosotros con el uniforme hasta descolorido, pero era lo que teníamos».
Hoy en día, asegura, no deja de ser policía, aunque ya retirado, la lealtad y el sentirse parte de una institución se lleva hasta la tumba y eso es lo que le falta a las nuevas generaciones de policías sentirse parte de la institución y servir a la sociedad con orgullo.
Para el ex policía ministerial, Alberto, el trabajo de los policías es cada vez más complicado y pareciera que los mandos superiores sólo quieren hallar el mínimo error para deshacerse del agente, como ha sucedido.
«Con más de la mitad de mi vida dedicada al servicio de la población en la Procuraduría y ahora estoy litigando porque consideraron que no era apto, se me hace injusto y creo que es a lo que se enfrentan los policías en la actualidad».
Abogado de profesión, asegura que no le fue tan mal como a otros compañeros, al salir reprobados de control de confianza, «había compañeros con secundaria y que no tenían otra actividad para realizase, la verdad no les fue muy bien porque lo poco que te dan (finiquito) se acaba rápido».
«Veo muchas cosas positivas también, he leído que habrá una universidad para formar policías, eso está bien, porque había gente que pensaba que todos los agentes somos incultos, que no estudiamos y yo sí me preparé, soy abogado y gracias a eso puedo sacar adelante a mi familia».
No obstante reconoce que queda un sentimiento de rabia, coraje tras salir reprobado en una evaluación de control y confianza, «no te dicen porqué, sólo que no eres apto, y entonces dónde quedan tantos años de investigar, sacar adelante trabajo, incluso arriesgar la vida cumpliendo…»
La recomendación a las nuevas generaciones de policías, «las tentaciones siempre son grandes, y no sólo para el policía eh, aclaro, para todo mundo, nunca, por más atractiva que sea, no será mayor al orgullo de ver a tu familia a los ojos y decir que tú sólo cumpliste tu trabajo sin fallarles a ellos ni a la sociedad», concluyó.




