5 diciembre, 2025

5 diciembre, 2025

Voto  por voto, casilla por casilla…

Vida Diaria

Famosa frase de ANDRÉS  MANUEL LÓPEZ OBRADOR  que en estos tiempos cobra vida, se aplica en todo México, después de inconformidades de los partidos políticos, los cuales exigen se apliquen las nuevas leyes y por consecuencia se haga la revisión minuciosa de los sufragios emitidos el pasado 7 de junio.

En todas las entidades, a lo largo y  ancho del país, se registraron  inconformidades, en unas más por lo cerrado de la votación, en otras menos pero al final siguen siendo inconformidades que levantan las sospechas de una elección enrarecida.

Se trata pues, de una revisión de sufragios con un final donde los partidos políticos, en la totalidad, queden satisfechos con los resultados de la elección, cada  uno de ellos vaya eliminando sus  dudas, por eso se hace el recuento de votos.

En la elección igual denunciaron panistas, que priistas, de Movimiento Ciudadano y perredistas,  pues en unos estados de la república se disputaban gubernaturas, alcaldías y diputaciones locales, mientras  que  también se llevaba a cabo la elección de diputados federales, y como siempre hay un ganador, así es que si no eran unos eran otros los inconformes, cierto, eso sucede  siempre, en cada proceso hay quienes se quejan de irregularidades, pero en esta ocasión fue mayor el número de demandas que pedían  reconteo de votos.

Bueno, hasta el propio Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral, LORENZO CÓRDOVA, dijo que en esta elección se llevó a cabo un recuento histórico de votos, casilla por casilla, claro que es correcto que el árbitro electoral atienda las inconformidades para que los partidos políticos queden tranquilos, tengan la certeza de que no hubo irregularidades en el proceso, que todo fue apegado a la legalidad,  además la propia ley electoral aprobada por los diputados federales de  la actual legislatura así lo marca, el INE debe hacer recuento de  sufragios en automático cuando se detectan inconsistencias en las actas, verificación de votos nulos y otras.

Pero hubiera sido mucho mejor que el Consejero Presidente del INE  dijera que por la transparencia con la cual se desarrolló el proceso, y la claridad en el conteo de los votos, no se tuvieron inconformidades, porque la autoridad se encargó de que todo se diera conforme a derecho, acatando la ley,  y los involucrados en la elección actuaron con  responsabilidad, respetando la voluntad  del pueblo.

Eso generaría confianza en la Institución electoral, demostrarían que  son capaces de llevar a cabo procesos democráticos, correctamente, sin dejar dudas de que en las juntas distritales hubo corrupción y luego obligar a una revisión.

Buen sabor  de boca hubiera dejado que CÓRDOVA saliera a decir  que  se tuvo una votación  histórica en el país, que se fortaleció la democracia,  que el reconteo de sufragios fue atendiendo la ley electoral, pero no por  denuncias  de irregularidades, pero no, se enorgullece del recuento histórico de votos por inconsistencias y sus  palabras dan pie a malas interpretaciones.

Los procesos  democráticos son muy caros, de acuerdo a los propios datos del INE, el domingo 7 de  junio no salieron a votar ni siquiera el 50 por ciento de la lista nominal en toda la república, sí que andamos mal.

A excepción de Nuevo León, donde sí se registró una votación histórica, que salieron a votar hasta los apáticos para demostrarle a los partidos políticos su inconformidad, en el resto del país apenas la participación llegó a un 47 por ciento y  eso sí es lamentable, y eso es en lo que el INE se debe aplicar, hacer más difusión, convencer a la ciudadanía que  la institución electoral es digna de confianza, claro los partidos políticos  y  sus abanderados tienen que hacer lo propio, pero parece que le apuestan a que cada vez sea menos la gente que acuda a las urnas a  participar de los procesos democráticos.

Sería bueno que se hiciera una revisión y  por ley se  diera el triunfo electoral a los candidatos que obtengan el  50 por ciento más uno de los votos sobre la lista nominal, así se tendría más legitimidad, no habría ganadores de minoría, los propios partidos políticos promoverían el voto, buscarían que la gente saliera a votar, se bajaría el abstencionismo.

Porque si vota el  40 por ciento y el ganador obtiene el 40 o 50 por ciento de los sufragios estamos hablando de que se tiene un representante  popular rechazado por el pueblo, que no logró ganarse  la confianza  ni  de la tercera parte de los votantes empadronados.

La tarea es que los partidos políticos acepten que para resultar triunfador de  una elección se tenga que  ganar con el 51 por  ciento de los empadronados, cierto, es una ilusión, un sueño, no les conviene porque  estarían obligados trabajar siempre  cerca  del electorado y  obligar a  los gobernantes  emanados de sus  filas a cumplir las demandas de la ciudadanía para tener su confianza.

En fin, la situación es que no fue buen inicio para el recién nacido INE, no superó la prueba, quedó a deber, en lugar de  ganar votos de confianza  de la ciudadanía dejó márgenes de duda sobre la responsabilidad, claridad e imparcialidad  con la que manejó  su primer proceso electoral.

 

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