El domingo anterior, cuando los priistas se juntaron en el Polyforum para festejar los ocho triunfos del 7 de junio, dieron una muestra de disciplina como hacía muchos años no se veía. ¡Qué cosas!.
Los aspirantes a suceder a Egidio se mojaron las ganas y callaron sus aspiraciones ante el Gobernador, que no se le veía tanto poder ni cuando tomó posesión en aquel 1 de enero de 2011. El domingo, con su silencio respecto al 2016, mandó un mensaje claro de ¡aquí estoy, y el que se mueva, no sale en la foto!. Y así lo entendieron todos.
Egidio es otro, luego del 7 de junio. Y no es que haya cambiado, lo que cambió fueron las circunstancias.
Antes de junio, y más atrás desde que Egidio tomó las riendas del Estado, todo mundo minimizó su poder. Todos en el café, en la calle, en el mismo gabinete se sentían con el derecho de cuestionarlo por todo. Incluso, en el centro del país, donde siempre se le desdeñó, luego del domingo 7, la opinión y la percepción del gobernador cambió por completo.
En mayo, cuando las campañas estaban en pleno vuelo, un poderoso funcionario de la Secretaría de Gobernación, hizo expresiones nada amigables sobre los gobiernos de los estados, incluyendo el de Tamaulipas, a quienes descalificó en todo y por todo. El martes pasado, el mismo funcionario se deshizo en halagos hacia el mandatario tamaulipeco.
La misma semana pasada, un ex funcionario tamaulipeco fue a México y abogó para encumbrar en una de las delegaciones a un recomendado y se topó con esta respuesta. “Esa posición es del gobernador Egidio”.
Con los resultados electorales se le da un vuelco a los escenarios de la sucesión y Egidio toma el control. Y aunque la decisión final del candidato a gobernador priista la va a dar el presidente Peña, la opinión de Egidio tendrá un peso determinante. Por eso, el domingo todos callaron, y hasta el más inflado de los aspirantes tuvo que tomar una dosis de humildad y se puso a las órdenes políticas del gobernador.
Contra lo que se decía que después de 7 de junio, se desatarían todos, está ocurriendo todo lo contrario, salvo Enrique Cárdenas que ya levantó la mano y dice merecerla. Las circunstancias no están para los acelerados y si no se mide, Enrique puede sufrir un trago amargo. Los tiempos del partido, hoy son los tiempos del presidente y del gobernador, así lo deben entender todos.
Egidio recuperó el poder cuando más lo necesitaba. Influirá en la sucesión sí, de acuerdo a la parte que le toca. Los que se sentían con los merecimientos de ser y que renegaron del apoyo estatal con anticipación, hoy están obligados a disciplinarse y ajustarse a los nuevos esquemas.
En cuanto al posible candidato, será aquel que tenga menos negativos en su contra, es decir: que no tenga un pasado que le haga daño. Ese es un factor que ha predominado en los otros estados donde el PRI designó candidatos.
Por lo pronto, todos a irse derechitos.
Talachazos
LOS GALLOS PARA EL PODER JUDICIAL.- La próxima semana el Congreso del Estado votará y elegirá a cuatro nuevos magistrados del Poder Judicial. Los que terminan su periodo son tres, pero se creará una nueva sala, por tanto se elegirán a cuatro nuevos magistrados.
El titular del Ejecutivo ya tiene las propuestas y sólo falta plancharlas y que el Congreso las apruebe. Hay novedades que llaman la atención.
Los propuestos por el Ejecutivo, según trascendió son: Jesús Miguel Gracia Riestra, con una amplia trayectoria en el servicio público y en el Tribunal Electoral del Poder Judicial Estatal. Mariana Rodríguez Mier y Terán, actual subsecretaria de Derechos Humanos de la Secretaría General de Gobierno. Ellas es hija del secretario de Obras Públicas, Manolo Rodríguez. El tercer propuesto es Adrián Alberto Sánchez Salazar, abogado egresado de la UAT y con una amplia trayectoria en el Poder Judicial del Estado y Javier Valdez Perales, abogado egresado de la UAT y con una carrera larga en el Poder Judicial de la Federación.
Las propuestas ya están listas y será el Congreso del Estado quien los vote la próxima semana.