Durante uno de los discursos más relevantes que el gobernador Egidio Torre ha pronunciado ante los priístas tamaulipecos, como lo fue su reciente intervención en el acto masivo del Poliforum, manifestó que las recetas secretas para obtener el rotundo éxito de ocho de ocho, eran dos: unidad y compromiso.
Hoy quiero retomar esos dos conceptos claves, para señalar que en la reciente andanada mediática contra un prestigiado priísta tamaulipeco se vulnera, en primer término esa poderosa ecuación o fórmula que hasta ahora ha permitido que el PRI se mantenga históricamente invicto en el poder político de Tamaulipas.
Así como los ex presidentes de la república siguen siendo un activo importante para sus respectivos partidos, los ex gobernadores también lo son en sus respectivas entidades federativas. De tal suerte que el golpeteo contra alguno de ellos, busca minar la entereza de la organización a la cual pertenece.
En la jerga militar, se denomina fuego amigo a los errores involuntarios, entre combatientes del mismo bando. Generalmente se trata de fallas técnicas, al ubicar la localización de los objetivos. Sin embargo, el fratricidio es un acto planeado y ejecutado con plena conciencia de que se está tratando de acabar a uno del mismo ejército u organización.
De resultar esto último, estaríamos asistiendo a una lamentable guerra intestina entre los priístas, mismos que llegarían divididos al 2016, lo cual implica, ya de entrada, una notable debilidad. Me es difícil aceptar la posibilidad de hostilidades en el seno del PRI. Si desde ahora se están dando hasta con la cubeta, pues le estarían facilitando las cosas a un panismo que ya se veía casi aniquilado, pero que podría volver por su segundo aire.
En nuestra opinión, los recientes periodicazos reciclados hasta el cansancio, contra el ex gobernador Eugenio Hernández Flores, no son otra cosa, que el afán de descalificarlo, en la sumatoria de fuerzas que estarán presentes a la hora de arropar al próximo candidato del PRI a la gubernatura. Ese podría ser el móvil. Hay otra versión, que por absurda la descartamos. Me refiero a que algunos manifiestan por ahí, la idea de que, EHF podría influir en la elección, cosa por demás falsa y alejada de la realidad.
Todos sabemos que el que va a decidir quién abandera al PRI como candidato a gobernador, será el Presidente de la República. Y que lo hará después de una reunión que sostenga con el gobernador Egidio Torre Cantú, en su calidad de líder político del estado. El dirigente nacional del PRI y algún alto funcionario de la política interior, por supuesto, estarán presentes.
Por lo demás, yo no veo que entre Egidio y Eugenio existan diferencias. De hecho, a partir de aquella famosa reunión, con ron Zacapa de por medio en Las Gambas, se buscó posicionar en la opinión pública la imagen de que la relación entre el actual mandatario estatal y su antecesor era una realidad que proyectaba madurez y armonía entre el priísmo tamaulipeco.
REPUNTA MELHEM
Después de las elecciones federales, uno de los priístas que subió considerablemente sus bonos, es Edgar Melhem Salinas. Pese al factor de la dispersión poblacional y el tema de la inseguridad, el riobravense fue capaz de realizar una campaña extensiva e intensiva, alzándose como el candidato con mayor número de sufragios.
Otra cualidad de Edgardo, es su marcada disciplina y modestia, alejado de los protagonismos estériles. No es dado a buscar los grandes reflectores, y que sepamos, no cuenta con padrinos de lujo en la capital de la república. Pero sus números electorales lo recomiendan por sí solo, como un político de fuelle, que en determinado momento podría responder a las expectativas de una geografía multi regional, como es la tamaulipeca.