Durante los últimos veinte años, la desigualdad económica en México se ha profundizado hasta alcanzar niveles vergonzantes. En este sentido, nuestro país, es el peor socio de la OCDE, (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), una organización global cuya misión estratégica es la de promover políticas que mejoren el bienestar económico y social de las personas en el mundo.
En junio de 2014, hace justamente un año, México aparecía en la lista de la OCDE, (integrada por 34 países), como la campeona en desigualdad, arrebatándole el título a la república de Chile. Paradójicamente vive aquí un hombre que se llama Carlos Slim, que siempre está peleando el galardón, como el más rico del mundo. Junto a este magnate de origen libanés, existen tres familias más, cuyas fortunas multimillonarias en dólares, profundizan el abismo entre ricos y pobres.
Para los expertos, la explicación a la paradoja que vivimos los mexicanos, en otras palabras, la grave contradicción que nos envuelve, es sólo una: en México, la política fiscal, está diseñada para que solamente los pobres y la clase media paguen impuestos, pero a los ricos se les concede el privilegio de evadir sus obligaciones ante Hacienda. De esta manera, la enorme y grotesca riqueza que se genera en territorio nacional, no se redistribuye entre la población, lo cual sí ocurre en otros países, miembros de la OCDE.
Lo anterior, traducido a la vida de los partidos y los gabinetes gubernamentales que nos han tocado durante más de dos décadas, arroja la siguiente realidad: tanto el PRI como el PAN, partidos que han protagonizado la alternancia, han colocado en la Secretaría de Hacienda a funcionarios que se comportan como empleados de las familias más ricas de México. Se trata de personajes que al terminar el sexenio, se van a trabajar con sus amos del capital industrial y financiero.
Este escenario, del todo insostenible, y empeorado aún más por la inseguridad, el crimen, las extorsiones y el secuestro, están provocando que surjan candidatos independientes. Y que partidos emergentes como MORENA, estén ganando terreno, rumbo a la elección presidencial del 2018.
Esto podría reflejarse en las elecciones de 2016, donde el PAN no tendrá autoridad moral para reclamarle al PRI, pues ambos son más de lo mismo. El electorado ya no confía en ninguno de los dos. Y en las críticas que el azul le hace al tricolor, se podría aplicar el refrán que reza: “El comal le dijo a la olla”.
EL CANDIDATO MORENAZO
¿Qué tan grande no será el optimismo en el palacio del Quince y Dieciséis Juárez, para que hasta el mismísimo Antonio Martínez Torres, ande diciendo a sus incondicionales que él va a ser el próximo gobernador de Tamaulipas?
Hace más de un año, durante un desayuno de los medios con el alcalde Alejandro Etienne Llano, alguien le advertía sobre la desmedida ambición política del actual titular de SEDESOL, heredero de la formidable plataforma política, donde un día reinó Homero de la Garza, en el siguiente tono:
“Es muy probable que hayan enviado ahí a Toño, para que sea su operador y su escudero en la lucha de 2016, pero tenga cuidado porque Martínez Torres, no tiene amigos. Para AMT, primero es él, después él, y al último él”. Etienne sólo puso de por medio esa sonrisa conservadora y enigmática que le caracteriza.
Hoy cuando el calendario sucesorio casi está a punto de servirse sobre la mesa tamaulipeca, el incansable trote de Martínez Torres a lo largo y ancho de la entidad, nos da la razón: simula andar haciendo la chamba que se le ordena, pero en el fondo, su corazón de la caverna Platónica, late aceleradamente. Está pensando tomar por asalto la candidatura a la primera esquina. Para mala fortuna de Toño, el priismo tamaulipeco, aun no olvida el episodio donde quemó su credencial de militante resentido.
¿Cómo explicarnos la euforia de AMT? Tal vez no se da cuenta que, el gobernador no lo quiere para candidato, sino para que opere políticamente, una chamba a la cual, Toño le sabe muy bien, y en la cual se ha desempeñado tras bambalinas, a costillas del enojo de Rafa González. Personajes como Martínez Torres están condenados a servir como los ayudantes del chef en el guiso de la sopa, pero no a comérsela.
Esa es la realidad, pero Toño quiere quitarse el mandil político para sentarse a la mesa y devorar el pastel. ¿Sabe usted cuándo lo van a dejar llegar en el PRI? En honor a la verdad, sí tiene probabilidades, pero por el partido de la rebeldía y la insubordinación llamado MORENA. Ahí sí, no se lo puedo negar: sería un excelente prospecto.
FESTEJA EGIDIO EL DÍA DE LOS INGENIEROS EN TAMPICO
El gobernador estuvo ayer en Tampico, acompañado por el dirigente nacional de la CMIC, Gustavo Arballo Luján. Y es que ayer se festejó el Día del Ingeniero Civil. El evento en el sur sirvió de escenario para que Egidio colocara la primera piedra de lo que será el Centro de Entrenamiento “CMIC Tamaulipas”, que por acuerdo de los constructores, llevará el nombre de “Egidio Torre Cantú”.
