HIDALGO, Tamaulipas.- Adentrarse a la cabecera municipal de Hidalgo, es como recorrer una ex zona de guerra, donde aún se ven los restos de edificios quemados, abandonados, vacíos, debido a que la ola de inseguridad que azotó la región obligó a más de 5 mil habitantes a dejar sus tierras y empezar una nueva vida en otros lugares; sin embargo, este pueblo se resiste a morir, por lo que resurge de entre las cenizas.
El alcalde Manuel Guerrero Gamboa, lo reconoce, que los peores momentos que vivió el municipio fue del 2010 al 2013, cuando se agravó la inseguridad, que orilló que los tres ejidos más importantes de esta región quedaran casi vacíos.
“Nada más la gente mayor y los niños quedaron en ejidos como; Oyama, Los Ángeles y El Chorrito, que fueron los más azotados por la inseguridad”, platica.
Sin embargo, agrega que la región poco a poco se está recuperando, al reactivarse la economía y con una tarea de promoción turística para devolver la vida a la zona de El Chorrito, la presa Pedro José Méndez y a la cabecera municipal.
“La zona que más resintió los efectos de la inseguridad es el Santuario religioso de El Chorrito, donde existían más de 2 mil habitantes, los cuales vivían principalmente del comercio, venta de alimentos, artesanías, renta de estacionamientos, entre otros, de los cuales emigraron el 70 por ciento de las familias”.
Agrega que en esta zona en las principales fiestas patronales, se recibían hasta 20 mil personas en un solo día, en tanto que los fines de semana llegaban al lugar entre 5 mil y 6 mil turistas.
“Ahí solo se quedaron las familias que tenían con que sobrevivir al venirse abajo el turismo por los problemas de inseguridad que se vivieron, mientras que el resto emigró a otros lugares como; Monterrey, Linares y Victoria”, comenta.
El Presidente Municipal señala que fue a partir del 2014 cuando todo comenzó a mejorar y poco a poco han regresado los habitantes a El Chorrito, por lo que se ha iniciado con un programa de promoción, para hacer que también los turistas regresen y vuelva a ser lo que fue antes.
Sólo quedan tres familias en Los Ángeles
El alcalde Guerrero Gamboa, platica que una de las comunidades que más fueron afectadas por la ola de inseguridad fue sin duda el ejido Los Ángeles, donde solo tres familias quedaron de más de 50 que existían.
“Tuvimos que cerrar hasta las escuelas que había, porque no había gente, porque todos se fueron por la inseguridad que se vivió en ese lugar”.
Agrega que ahí también la situación ya se está normalizando y el pasado 19 de mayo se volvieron a abrir las escuelas, luego que las familias volvieron.
Platica que actualmente el único lugar donde prevalece el problema de migración es el ejido Oyama, donde nada más las personas de muy avanzada edad quedan, ya que el 80 por ciento de sus habitantes, en su mayoría jóvenes y adultos, emigraron a otros lugares .
“En este lugar por fortuna se instaló desde hace tiempo un destacamento militar, los cuales han contribuido a mejorar la seguridad, sin embargo, aún hay desconfianza de las familias que se niegan a regresar”.
Indica que el único lugar del municipio donde se siguen presentando hechos de inseguridad es Santa Engracia.
Platica que el resto del municipio la situación es normal y la gente sigue ahí, por lo que se estima que de los 23 mil 793 habitantes que dice el INEGI que se tenían en el 2010, en estos momentos hay casi 19 mil habitantes o más.