Las imágenes de Marlon Brando y de María Schneider aún respiran en la ardiente semi penumbra de la memoria parisina. De esas escenas intensas me quedo con el llanto atroz y desgarrador del amante en su drama de soledad. Obviamente, lo más fuerte fue el ultraje sexual de que fue víctima María Schneider durante una de las escenas. El film liberal de Bertolucci nos acaba de causar un dejá vu a todos los mexicanos.
La llegada del Presidente Peña Nieto en el verano francés de 40 grados, justo cuando todo estaba preparado para la fiesta de las tropas de élite, trasladadas en un buque exprofeso, tienen cierto parecido con el lirismo de la chica sodomizada. La fuga del Chapo, los desnuda (moralmente) a todos. Es entonces cuando la imaginación construye la imagen de un personaje delgadito, de traje oscuro y corbata a rayas, caminando solitario por la orillas del Sena, y ascendiendo por la colina del Montmartre, para derramar sus lágrimas.
Peña Nieto pudo haber llegado al histórico cementerio parisino, donde se encuentra la última morada de Porfirio Díaz, el personaje más polémico del tiempo mexicano. Y ahí abrazado a la tumba del dictador, custodiada por un empleado irlandés que hace la limpieza, Peña vivió su emotividad y su tragedia, su propia danza de pesadumbre, en el aislamiento del poder.
Vulnerado en su honor, en su credibilidad y en su dignidad, el Presidente Mexicano diría más tarde a la prensa que la fuga del Chapo, constituye “una afrenta al Estado mexicano”. Afrenta es sinónimo de ultraje, de burla y de mofa, de vejación y de deshonra. El Estado mexicano, el mismo que fue fortalecido y resguardado por Juárez ante el imperio, y el mismo que se gestó en el sacrificio de Morelos y de Hidalgo, el mismo que adquirió carta de instituciones democráticas con Zapata, Villa y Madero, ese, había sido mancillado por la evasión del máximo penal de “Inseguridad”.
La afrenta, es también una palabra muy usada en el código de honor de la mafia italiana. Esta cultura se deriva del viejo imperio romano, donde no existían leyes que castigaran el fraude, la estafa, el robo y la violencia, incluso las violaciones, no eran delitos penales, sino civiles. Y las familias se hacían justicia por su propia mano. La búsqueda del culpable y su castigo, corría por cuenta de la víctima.
De hecho, el surgimiento de la mafia en Italia, coincide con la fundación del Estado moderno. De tal suerte que en la actualidad, la mafia de facto ha humillado a la familia constitucional, encarnada en el gobierno priísta.
¿Retornaremos a los tiempos de la antigua Roma?
LA CASONA EMBRUJADA DE BUCARELLI
El Presidente Peña Nieto le decía todos los días a su secretario de Gobernación: “Me cuidas muy bien al “Chapo”, ¿oíste..? ¡No quiero que se repita el caso del sexenio foxista! Pero llegó un momento en que, eufórico por los triunfos políticos obtenidos, el jefe EPN se olvidó de esta recomendación a su ministro de la política interior, y en un arranque de entusiasmo se lo llevó a París, en lo que significaba para Miguel Angel Osorio, prácticamente su primera probadita de gloria con su jefe supremo en el poder de los Pinos.
En el pasado, Osorio Chong fue quien acompañó a Peña Nieto en todo su proceso de anhelos presidenciales. Juntos lucharon como un bloque de gobernadores para enfrentar y doblegar finalmente al calderonismo. Y fue Osorio el único de los gobernadores que sobreviviría a la “cacería de brujas” desatada por Felipe Calderón contra los mandatarios estatales aliados del proyecto mexiquense.
Cuando fue ungido Presidente de la República, lo primero que hizo Peña fue entregarle a su leal amigo Osorio la Secretaría más poderosa, después de la titularidad del Poder Ejecutivo. Los hechos parecían indicar que por la vía del ex gobernador de Hidalgo, el PRI estaba en vías de retornar a la antigua tradición del priismo clásico, cuando ser Secretario de Gobernación, casi aseguraba ser el virtual sucesor en la Presidencia.
Pero hoy, las cosas apuntan hacia otro lado. Y la oficina de Bucarelli parece sufrir de un fuerte hechizo, que provoca el aborto de los proyectos políticos en su seno. En el sexenio de Fox, Santiago Creel fue sacrificado. Con calderón, Juan Camilo Mouriño sufrió un accidente. Y hoy con Osorio, las cosas pintan demasiado complejas.
EL EMBAJADOR DE PANAMÁ, VISITA TAMPICO
El jefe de la diplomacia panameña en nuestro país, el doctor Manuel Ricardo Pérez González, visitó Tampico y fue recibido por la Presidenta en funciones, Bárbara Illoldi. El embajador firmó el libro de visitantes distinguidos. El representante panameño dijo que su país y Tampico tienen mucho en común, desde su clima tropical, hasta su actividad portuaria, marítima, petrolera y de astilleros.