MONTEVIDEO, Uruguay.- Alcides Ghiggia, el delantero uruguayo que silenció al estadio Maracaná de Brasil en 1950 cuando anotó uno de los goles más emblemáticos de la historia de los Mundiales de futbol, murió el jueves a los 88 años, informaron medios locales, en el aniversario 65 de la conquista.
Ghiggia, el último sobreviviente del equipo uruguayo que ganó su segundo título del mundo en el histórico «Maracanazo», falleció de un ataque cardíaco.
«Sólo tres personas silenciaron al Maracaná: el Papa (Juan Pablo II), Frank Sinatra y yo», solía decir el ex delantero, artífice de la derrota más dolorosa para el fútbol brasileño, ocurrida el 16 de julio de 1950.
Ese día, ante unos 174.000 espectadores, Uruguay obtuvo la Copa del Mundo como en 1930, quitándole a Brasil la posibilidad de quedarse con el trofeo por primera vez y en su propia casa.
Ghiggia, en ese entonces de 23 años, anotó a las 79 minutos para darle la victoria 2-1 a Uruguay y provocar una honda y desoladora tristeza en Brasil.
«Fue la primera vez en mi vida que escuché algo que no fuera ruido. Sentí el silencio. Parecía que todo había terminado», dijo sobre ese episodio el fallecido futbolista Juan Schiaffino, autor del primer gol de Uruguay en aquel partido.
Ghiggia era un atacante ágil y veloz, con un juego dinámico que muchos consideraban adelantado para su época.
«Yo tuve la suerte de estar ahí (…) Soy un uruguayo más, que estuvo ahí, pero como cualquier otro», dijo hace tiempo acerca de ese histórico día en Río de Janeiro.
Ghiggia estuvo cerca de la muerte en 2012, cuando su salud quedó muy comprometida tras un accidente de tránsito en el que su auto fue embestido por un camión, en una resbaladiza ruta uruguaya durante una tarde lluviosa.
Pese a permanecer en cuidados intensivos durante varios días, el ídolo uruguayo se recuperó.
En los últimos años, sus apariciones públicas se hicieron cada vez más esporádicas debido a su frágil estado de salud, pero en 2013 vivió dos momentos de gran emoción.
El 20 de noviembre, cuando Uruguay jugó la revancha del repechaje ante Jordania para clasificar al Mundial 2014, el estadio Centenario se unió para homenajearlo.
En un merecido y postergado tributo, 60.000 compatriotas gritaron el gol que lo convirtió en un ícono del futbol mundial.
Ghiggia, quien vistió su camiseta número 7, llegó al centro del campo de juego ayudándose con un bastón y fue testigo del grito de gol con el que había soñado durante 63 años.
La pantalla gigante del estadio mostró el video de aquella hazaña, y los uruguayos celebraron y aplaudieron al emocionado ídolo.
«Es una satisfacción para toda la gente que está acá y me emociona mucho (…) me hace lagrimear un poco», dijo Ghiggia tras la ovación.
Días después, participó en el sorteo del Mundial de Brasil, en el que volvió a ganarse una ovación cuando fue presentado.
Ghiggia se inició en el club Sudamérica, antes de pasar a Peñarol, uno de los dos grandes de Uruguay.
Fue uno de los primeros futbolistas de su país que jugó en Italia, desempeñándose en la Roma entre 1953-1961 y en el Milan en 1962, donde disputó cuatro partidos antes de retornar a Uruguay para integrarse al modesto club Danubio, donde se desempeñó hasta los 42 años.