11 diciembre, 2025

11 diciembre, 2025

«Aquí se gana más que en la maquiladora»

Quinientas personas diariamente hurgan en la basura, entre malos olores y expuestos a enfermedades . Sacan para vivir y para darle estudios a sus hijos

CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- Alrededor de 500 personas diariamente buscan su sustento entre la basura, sin importar olores, riesgos por la contaminación, el relleno sanitario es su lugar de trabajo, el lugar donde sacan para vivir.

Cientos de personas con los primeros rayos del sol, empiezan a hurgar entre los desechos con la finalidad de hallar; cartón, papel, botellas de refrescos y de agua embotellada, lámina, y otros materiales, tarea en la que son acompañados por moscas, gusanos que también buscan entre la basura su sobrevivencia.

«De la pepena de basura, ha salido para los estudios de mis hijos, la comida, el calzado y dinero; es un mundo lleno de sorpresas» platica al Expreso Juan Carlos Medellín Galván de 35 años, residente en la colonia Horacio Terán.

Todos los días, se levanta a las 5 de la mañana; se asea, y se viene con compañeros de «raite» a buscar el pan de cada día entre la basura.

Y aquí en medio de olores nada gratos, desayuna, come, y en ocasiones, cuando el tiempo se le va, cena antes de regresar a casa.

Gracias a eso, aseguró, cuando bien le va, alcanza a embolsarse de 200 o 250 pesos por día, a veces 300; los peores días, dijo, solo saca de 120 a 150 pesos.

Ese, dijo, es el secreto de la basura; el trabajo es bien pagado; ganamos mejor que muchos de maquiladoras, o empleados comunes.

«A veces te llevas sorpresas hurgando; yo me encontré una cadena de plata, también algunos aparatos electrónicos que me llevé a mi casa. Quieras o no, te alegran el día»

Sin embargo, lo más controversial, es la resistencia que tienen ante las enfermedades; respira, trabaja, come en un mundo atestado de microorganismos que podrían causarle enfermedades.

Pero no.

«¿Enfermarme?

Desde que empecé a trabajar hasta ahora, solo me he enfermado una sola vez; y fue hace como 8 años, pero se me quitó de volada. Dijo el médico que estaba bien; fue de la gripa, pero se me quitó en un par de días» platica orgulloso.

«Tengo 15 años trabajando aquí; ya me acostumbré a todo esto» dice mientras come con otros compañeros en un área céntrica en el relleno sanitario.

Sucio, maloliente, luce fuerte, saludable… y lo presume.

Sin embargo, su suerte es distinta a la de la señora Isidra Pérez Martínez, residente de la colonia Chapultepec.

Toda su vida ha trabajado en la pepena de basura, y ahora, a sus 52 años, la vida empieza a cobrarle la factura; está enferma de los pulmones; al parecer, efísemia pulmonar, aunque dice no recordar exactamente.

Con un cubreboca en su rostro, llama a uno de sus nietos para darle algo de comer.

Asegura que su enfermedad no es grave; aunque su doctor le aconsejó que no viniera a trabajar por 4 meses, pero este día se atrevió a venir, porque «el hambre es canija, pero más el que la aguanta»

«Empecé a enfermar desde hace un año mas o menos; el doctor me dijo que tenía eso que les da por fumar mucho, pero yo ni fumo, aunque pienso que es por una panadería que se ubica a lado de su casa, en la que queman mucha leña, por ser artesanal, y este humo, se cola hasta su casa»

Sin embargo, dijo, que de este trabajo ha hecho mucho.

Diariamente logra ganar de 150 0 200 pesos diarios, que junto a lo que reúne sus esposo, como taxista, sacan adelante todas las necesidades de la casa.

«Ahorita ya terminamos de pagar los estudios a un hijo; ya fue al CONALEP, se graduó, y pues está listo para trabajar, y no tenga que venir aquí»

Aseguró que ha sido duro trabajar aquí, sobre todo, los meses de frío como diciembre, pero vale la pena a veces, porque aumenta el acopio de materiales.

Como ella, existe de todo.

Hay, como en el caso de Isidra, otros trabajadores que se traen a la familia entera; incluso, muchos duermen aquí.

A lo largo y ancho del relleno sanitario, se han construido templetes con pedazos de madera, cartón, y otros desechos que sirven para estas bizarras construcciones.

El último censo realizado por el Ayuntamiento indica que son poco más de 400, sin embargo, ellos mismos aseguran que existe un incremento de pepenadores gracias a la falta de empleo.

Ahora, aseguran, hay gente de ejidos aledaños a la cabecera municipal, trabajando en el relleno.

Unos se vienen desde el lunes y se quedan hasta el viernes, para explotar al máximo el trabajo que se realiza a todas horas.

Muchos prefieren trabajar por las noches porque es más el acopio, y en el día, duermen en camas que arman con ropa desechada por los victorenses, en casuchas improvisadas en medio del basural.

Cada día, su meta es reunir kilos y más kilos de cartón, plásticos, metales, todo aquel material que pueda reciclarse entre toneladas de inmundicia, porque ahí está su pan de cada día.

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