12 diciembre, 2025

12 diciembre, 2025

Con Hacienda  tienen…

Vida Diaria

Ay  mi  México  lindo  y  querido,  de  verdad  que  eres grande, tu  fortaleza y  nobleza es  tanta,  que has  aguantado la ingratitud  de  tus  hijos,  esos  que  a pesar que  les has  dado todo te maltratan,  destrozan, humillan y, como  Judas,  han  querido  venderte por unas  cuantas  monedas, sin  darse  cuenta  que  tu  valor es  infinito.

Mi México, han sido  tantos  los Judas  que te han  llenado  de  dolor  y  vergüenza  por  muchos  años, que de  ser un  pueblo  de paz,  tranquilidad y grandes  valores, ahora  somos  vistos  en  el  mundo  entero  como nicho  de  corrupción, de virtudes casi extintas donde no  se  encuentra  la paz  porque se perdió ante  la impunidad.

Ojalá que  pronto las cosas  cambien, que este  México lindo  y  querido  sea  tierra de  progreso,  que  su  gente  viva  feliz, con  buenas  oportunidades y  donde  las  instituciones  se  apliquen tal y  como  debe  ser.

Los mexicanos esperamos  que termine  la  simulación  y  las autoridades  se  pongan  en  acción  por el  bien  de  esta  patria,  por el bienestar  de  su  gente, que la  corrupción pague sus  cuentas  y  la impunidad, madre de  todas  las tragedias, quede  en  el  exilio, fuera  de las  instituciones y,  si  es  posible, de nuestro territorio.

Que  el  Estado  Mexicano proteja  los intereses  del pueblo con  valor, que  defienda  su  cielo, suelo y  mar para  que  no corra, navegue  o  vuele la corrupción y la maldad que  mina  esta patria que  exige  paz, su gente pide que  la  justicia  sea  pareja para  todos, que así  como  se  castiga a  un  ladrón  de  medio  pelo se  meta a la cárcel a los delincuentes de  cuello  blanco o  las  luminarias del poder  que se  vean  envueltos  en  asuntos de  corrupción.

Hoy  día  los  mexicanos,  con  tristeza,  vemos  que tenemos  una  recién  creada Institución de  la Función  Pública la cual aplica  un  Sistema Anticorrupción  que da tristes  resultados, donde  su  titular, VIRGILIO ANDRADE, guarda  preocupante  silencio  ante cuestionamientos y  evidencias  de  altos  funcionarios  envueltos  en  casos de  tráfico  de  influencias, enriquecimiento  ilícito, involucramiento con  fuerzas  oscuras, todo  huele a corrupción, pero  se  esmera  en acusar al pueblo o empleados  comunes  y ahí  fincar  responsabilidades.

Contamos con  un  sistema  penitenciario  que  nos  han  vendido  como el mejor  del mundo,  porque  se  han  invertido  millonadas  en tecnología  para los  reclusorios  de  alta seguridad, tienen sensores  que  detectan  hasta  el  suspiro de  una  mosca a  kilómetros  pero  que no escuchan el  sonar  de  excavaciones y los  inquilinos  de  esas  prisiones  se  van como  quien  sale un  sábado por la noche a  seguir  la  fiesta.

Así, mientras  que  las  cárceles comunes, sin avances  tecnológicos, están  llenas  de gente  que robaron para  comer  y  ni siquiera han  tenido  derecho a un juicio,  donde  su  único  pecado  es  ser  pobres  y  no tener  para  pagar ni  un  refresco a  un  custodio,  un  abogado, una autoridad penitenciaria menos  un  alto funcionario, en donde más se invierte más pena dan.

En  nuestro  bello  México  también  tenemos un sistema hacendario  de  primera, donde se  tiene  perfectamente  monitoreado  todos los  movimientos  de los contribuyentes  comunes y como  están  cautivos   se  les puede sancionar  hasta porque  no  se  comprobó de  donde se  adquirió  el dinero  para  comprar  un  chicle, pero al  parecer no  se  tiene  rastro  del crecimiento de grandes  cuentas  bancarias o de empresas que sin trabajar se enriquecieron de la noche a  la mañana, esos  pasan  desapercibidos.

Nos  venden  la idea  de  que a  los  delincuentes  los buscan por  cielo, mar  y  tierra, que  se  despliega  todo  el  aparato de  justicia  para  perseguirlos e  investigarlos y  casi  hasta  nos  dicen  que  es  tan  grande  la habilidad  de  los evasores  de  la ley  que  no  dejan  rastro,  que  difícilmente los  encuentran.

Es  entonces  cuando el pueblo  se pregunta, ¿para  qué se  desgasta  la PGR, el Ejército  o la Marina  buscando evasores  de  la  justicia?, con  que  les  echen a  los  de  Hacienda  es  suficiente, los  encuentran  hasta  en  el  mismo infierno.

Si  es  sencillo encontrar a  los pequeños  evasores  fiscales o  llamar a  cuentas a un simple prestador  de  servicios porque  no declaró  el dinero con  el  que  compró  su despensa, entonces  es  obvio que pueden detectar crecimientos de cuentas  bancarias, pago  de  propiedades y  dispendios.

Para  atrapar evasores de  la ley o  vende patrias  no  se  necesita  que  les  echen  encima a  todas  las  fuerzas armadas  o la  procuraduría para encontrarlos,  con  que  les  echen a  los de Hacienda  sería  suficiente.

 

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