GONZÁLEZ, Tamaulipas.- Las ventas de carnicerías de la localidad han caído entre un 20 y un 50 por ciento durante el presente año y aunque no existe una cifra estimada de negocios que hayan cerrado, la realidad es que las familias han eliminado casi por completo de su dieta diaria, el consumo de cárnicos de res mayormente.
Ricardo Bazán Siller, empresario del ramo y jefe del rastro municipal, afirma que en las carnicerías de mayor antigüedad o ubicadas en sitios comerciales concurridos como la zona Centro, la caída en ventas es de al menos un 30 por ciento, sin embargo, en las colonias de la periferia el colapso llega a ser hasta de un 50 por ciento, lo cual ya es un golpe grave.
Asegura que el precio del kilogramo de carne, va de los 130 a los 150 pesos dependiendo el establecimiento y se ha encarecido debido a la escasez del producto, lo cual aunado a un casi nulo circulante, “se come” las ventas.
“Está muy lenta la venta, la verdad es que esto va más allá del precio de la carne, así costara el kilogramo 50 ó 100 pesos la gente no está comprando, no hay dinero en las familias, están ocupadas en sacar adelante sus necesidades básicas”, asegura.
Afirma que el producto podría seguirse encareciendo y esto hará que la gente tienda a consumir cada vez menos, hasta sacar en gran medida de su alimentación, este tipo de productos.
“Es porque no hay recurso, cuando hay dinero en el municipio de inmediato se nota, la gente aunque el producto estuviera a 200 pesos el kilogramo lo seguiría comprando, pero la realidad es que no hay recursos, no hay zafra, hay un problema serio con el dinero, es decir, esa es la causa de las bajas ventas”, agrega.
Añadió que la falta de circulante, hace que la gente actualmente esté pensando en comprar o cubrir gastos urgentes como los generados por el regreso a clases, que en adquirir productos cárnicos y se la “van pasando” con otros alimentos de la canasta básica. Por otro lado, el propietario de una carnicería sobre la calle Obregón, asegura que la situación se ha tornado difícil y coincide en que los clientes que acostumbraban a diario comprar el producto, ahora lo hacen una sola vez a la semana.




